La rivalidad entre Real Madrid y Barcelona llegó hasta la final de la Copa del Rey, un partido en el que el club de la capital española ni siquiera estará involucrado.
Barcelona enfrenta al Sevilla en la final en mayo, pero la incertidumbre en España es si el Real Madrid permitirá que el encuentro se juegue en su estadio Santiago Bernabéu.
Los dos finalistas quieren que el partido sea en el Bernabéu, ya que se trata de la cancha neutral más grande y la que generaría mayores ingresos. Pero los antecedentes del Madrid, y su silencio sobre el tema hasta ahora, apuntan a que el club merengue no quiere tener nada que ver con la final, ni correrse el riesgo de que su máximo rival festeje otro título en su feudo.
«Queremos el estadio más grande posible, para nuestros aficionados y para nuestros rivales», dijo el vicepresidente del Barsa, Carles Vilarrubi. «El estadio con el mejor césped y con la mejor logística para una final de tal magnitud».
El Madrid no ha realizado comentarios oficiales al respecto: no se ha opuesto a albergar el partido en el Bernabéu, pero tampoco ha dicho que no tendría problema con hacerlo. Hasta ahora, se ha limitado a señalar que no ha recibido una solicitud oficial de la federación española para ser la sede.
La mayoría de los fanáticos del Madrid no quieren ver al Barsa levantar un trofeo en su estadio, como sucedió en la final de la Copa del Rey de 1997 contra Real Betis. Los hinchas del Barsa llenaron el Bernabéu vestidos con los colores de su club, y los jugadores levantaron la copa mientras sonaba el himno del club por los altoparlantes del inmueble.
«Es normal que los madridistas no quieran ver al Barcelona ganar en el Bernabéu», comentó el viernes el técnico del Madrid, Zinedine Zidane. «Y si les preguntas a los de Barcelona, tampoco les gustaría que el Madrid la ganara allí».
Esta temporada, el Barsa ganó 4-0 al Madrid en el Bernabéu por la liga española, un resultado que puso en marcha la crisis que terminó en el despido del técnico Rafa Benítez y la contratación de Zidane.
«Al Real Madrid le da miedo que el Barsa levante la Copa», comentó el ex presidente del Barsa, Joan Gaspart. «Si este es el motivo, pues que lo digan, deberían explicar muy bien a todo el mundo cuál es el motivo».
El año pasado, el Madrid dijo que el Bernabéu no podía albergar la final entre el Barcelona y Athletic de Bilbao porque el estadio necesitaba obras de remodelación. El partido se disputó en el Camp Nou del Barcelona.
Si el Madrid vuelve a negarse a ceder su estadio, la final probablemente se juegue en el estadio Vicente Calderón del Atlético de Madrid, que tiene capacidad para 55.000 espectadores, unos 30.000 menos que el Bernabéu. También podría jugarse en el estadio Mestalla del Valencia.
«La final de Copa tiene que tener un estadio muy grande y ojalá fuese en el Bernabéu, aunque esto es decisión de los clubes y no la voy a criticar», dijo el presidente de la liga española, Javier Tebas. «Me gustaría que tenga el máximo número de espectadores».
Las reuniones para discutir la sede de la final serán la próxima semana. Los finalistas tratarán de lograr un acuerdo, y la federación española hará el pedido oficial al dueño del estadio, que no está obligado a aceptar.
Barcelona y Sevilla están prácticamente a la misma distancia de Madrid.
«Si Barcelona y Sevilla aceptan jugar en Madrid, donde ellos decidan, Vicente Calderón o Santiago Bernabéu, estará bien», dijo el técnico de la selección española, Vicente del Bosque.
Tampoco se ha definido la fecha. Originalmente estaba programada para el 21 de mayo, pero podría ser cambiada si el Sevilla se clasifica a la final de la Liga Europa, que es el 18 de mayo.
Sevilla descartó que la final se juegue en el Camp Nou como el año pasado.
«Prefiero jugar antes en China que en Camp Nou», indicó el técnico del Sevilla, Unai Emery. «Espero no caer en la injusticia de jugar allí porque sería darle más ventaja al Barcelona. Sería como darle un segundo (Lionel) Messi».