El ex vicepresidente de la FIFA Eugenio Figueredo acusó en un testimonio ante la justicia uruguaya a Gorka Villar, funcionario de la Conmebol e hijo del presidente de la Federación Española, Ángel María Villar, de haber extorsionado a ocho clubes uruguayos para que retiraran una denuncia de corrupción que presentaron contra la Conmebol en 2013.
«Es evidente que las presiones existieron. Incluso en algún momento se llegó a decir que Uruguay podría no jugar el Mundial de Brasil 2014. Y según dijo Figueredo en su testimonio, el encargado de realizar esas presiones fue el señor Gorka Villar», dijo a The Associated Press el fiscal de crimen organizado Juan Gómez, que lleva adelante el caso en Uruguay contra Figueredo.
Figueredo, también ex presidente de la Conmebol, dijo ante la justicia uruguaya que Gorka Villar presionó a los clubes uruguayos y también a la AUF con posibles sanciones en la FIFA si la denuncia contra Conmebol no era retirada, para lo cual se habría valido de la relación con su padre, vicepresidente de la FIFA.
No fue posible conseguir de inmediato una reacción de la Conmebol o Villar.
En diciembre de 2013 las autoridades de la Conmebol fueron denunciadas por ocho clubes y por el sindicato de futbolistas profesionales de Uruguay por supuestas irregularidades en los contratos de televisión de las copas Libertadores y Sudamericana.
Según la denuncia, la Conmebol desestimó ofertas de empresas que pagaban más por transmitir esos torneos de clubes, lo que habría derivado en pérdidas millonarias para los clubes y los jugadores del continente.
La denuncia fue presentada por los clubes Peñarol, El Tanque Sisley, Cerro, Rentistas, Miramar Misiones, Juventud, Racing y Cerro Largo, que pidieron a la justicia uruguaya una investigación sobre el uso del dinero recibido por la venta de los derechos de transmisión televisiva de la Libertadores y Sudamericana.
Sin embargo, poco después Peñarol desistió de seguir adelante con la causa luego de que la FIFA hiciera llegar una advertencia a la Asociación Uruguaya de Fútbol, señalando que «la iniciación de procedimientos judiciales con el fin de impeler o forzar a determinados órganos a hacer u omitir una acción, constituye una infracción de los reglamentos de la Conmebol. Siendo este el caso, no se puede tolerar tal modo de proceder lo que implicaría la adopción de las medidas disciplinarias correspondientes por los órganos competentes».
En marzo de 2014 la Conmebol sancionó con 60 días de suspensión a los presidentes de los restantes clubes, que también se retiraron luego de la causa. «Yo le envío mi solidaridad a todos los sancionados. Esto solo fortalece lo que decimos, que estamos ante una organización muy difícil de pelear. Yo me sentiría orgulloso si me tocara ser sancionado por la Conmebol, por la presentación de una denuncia como la presentada», declaró en aquel momento a la AP el dirigente de Peñarol, Edgard Welker.
El juicio siguió adelante porque el sindicato de futbolistas profesionales no retiró los cargos.
Fabián Pumar, secretario general de esa gremial, dijo a la AP que varios dirigentes de los clubes le comentaron que desistían de llevar adelante la denuncia por las presiones que recibieron, aunque no dijo de parte de quién. «Los amenazaron con sanciones y en el caso de los clubes que estaban clasificados a la Copa Libertadores, con no poder jugarla», relató.
En el marco de la causa, en diciembre de 2015 la jueza Adriana de los Santos procesó con prisión a Figueredo por los delitos de estafa y lavado de dinero. Antes ya había dictado un embargo sobre sus propiedades, por un valor de unos cinco millones de dólares.
Figueredo fue arrestado en mayo en Zúrich a pedido de las autoridades de Estados Unidos, donde está acusado de corrupción por aceptar millonarios sobornos relacionados con la comercialización de torneos, entre ellos la Copa América. Las autoridades suizas decidieron deportarlo a Uruguay, en vez de Estados Unidos donde también era requerido por las autoridades, por considerar que los delitos que encara en Uruguay son más graves.
El expediente de la denuncia contra la Conmebol se encuentra en el juzgado del crimen organizado, segundo turno, de la capital uruguaya.