Stephen Curry y los demás titulares de los Warriors de Golden State tuvieron problemas el lunes para sacar ventaja sobre Miami.
Entonces, con Curry y compañía sentados al comienzo del último cuarto, los reservas de Golden State lo consiguieron.
Marreese Speights salió tras 36 minutos de juego para anotar los primeros seis puntos del último cuarto y ayudar a los Warriors a tomar el control del juego en la 36ta victoria seguida en casa que suman los Warriors en la temporada regular, un triunfo 111-103 ante el Heat.
«Es un gran extra para nosotros», dijo Curry. «Los titulares jugamos bien, pero no mantuvimos. Ellos llegaron y tomaron el control del juego y nos llevaron hasta la meta».
Curry anotó 31 puntos pese a una noche de mala puntería, Draymond Green añadió 22 puntos y 12 rebotes para los Warriors y Klay Thompson sumó 17 puntos. Pero los cinco titulares terminaron la noche con una tasa negativa, frente a la positiva de todos los reservas.
Su sólido banquillo ayudó a los Warriors (36-2) a llegar a la mitad del récord de Chicago de 72 partidos, establecido en 1997-97, tres juegos antes de que la temporada llegue a su punto intermedio.
«Es una de las cosas que miras y dices ‘Vaya, 36-2, eso es una locura»’, comentó Shaun Livingston. «Es una marca de escuela secundaria. Pero sólo intentamos mantenernos en el momento».
Dwyane Wade anotó 20 puntos y Chris Bosh y Gerald Green añadieron 15 para el Heat, que había ganado ocho de sus últimos 11 juegos en el estadio.
Pero estos Warriors son muy diferentes y lo demostraron ante el resiliente Heat, que plantó cara todo el partido pero no logró contener a los anfitriones.
«Cada vez que uno tiene ocasión, si comete un error, de verdad saben aprovecharlo», comentó el técnico del Heat Eric Spoelstra. «Nuestros chicos se esforzaron mucho, hicieron suficiente para darnos una posibilidad. Al final, no pudimos superar ese obstáculo para convertirlo en un juego de posesión».