El príncipe Alí bin al-Hussein advirtió que ocurriría una catástrofe en la FIFA a menos que se le elija presidente del organismo el mes próximo, con la encomienda de sanearlo tras una crisis de corrupción.
«Todos reconocen que en febrero tendremos la última oportunidad de enderezar esto. De otro modo, las cosas quizás ocurrirán de un modo diferente», señaló el martes el príncipe jordano, uno de los cinco candidatos que buscan suceder a Joseph Blatter. «No queremos una situación en la que, dentro de uno o dos años, surjan más escándalos».
El príncipe Alí formó parte del comité ejecutivo de 2011 a 2015, junto a varios dirigentes acusados actualmente por las autoridades estadounidenses y/o suspendidos por la FIFA. Blatter derrotó a Alí en las elecciones presidenciales de mayo, pero anunció su renuncia a la semana siguiente, en medio de las investigaciones penales sobre la FIFA. El mes pasado, la FIFA suspendió a Blatter de toda actividad relacionada con el fútbol.
«Éste es un momento increíblemente importante para el futuro de la organización, en las próximas elecciones«, dijo el príncipe. «Sería una catástrofe para la organización si las cosas no se hacen de la manera correcta».
Alí era considerado favorito hasta que el jeque Salman bin Ibrahim al Khalifa, presidente de la Confederación Asiática de Fútbol, presentó su candidatura. Mientras que el jeque quiere ser un presidente no ejecutivo y delegar funciones, Alí sostiene que el sucesor de Blatter debe ser un líder involucrado en los asuntos y que cuente con el control total.
«Si eres el presidente de la organización, tienes que asumir la responsabilidad por esa organización», manifestó el príncipe durante una conversación con periodistas en Londres, en el que se le preguntó sobre el plan del jeque Salman. «En el pasado, he visto ya en la FIFA toda esta idea de culpar a otros por lo que pasa en la organización. Así que no quiero que esta organización llegue a un nuevo nivel de irresponsabilidad».
El príncipe Alí publicó un manifiesto actualizado, el cual contempla que ningún presidente debe cumplir más de dos periodos de cuatro años cada uno. Así, nadie podría igualar los 17 años de reinado de Blatter o los 24 de su antecesor Joao Havelange.
Los 209 miembros de la FIFA votarán sobre la posible adopción de un límite de tres periodos el 26 de febrero, mismo día en que se votará por el nuevo presidente. Alí tendría que pedir después al congreso la reducción a dos periodos.
«Dos son suficientes», aseguró. «Hay que ser trabajador, y eso incluye al presidente… hay que ser dedicado, recogerse las mangas y trabajar en el terreno, a beneficio de las 209 asociaciones miembro».