El onceno azul y blanco se impone ante su rival de Suiza

La Selección nicaragüense se impuso ante su rival el equipo Sin Fronteras de suiza tres goles por cero al enfrentarse la tarde de este miércoles en el Estadio Roy Fernando Bermúdez de la ciudad de Ocotal, en un evento sin precedentes en la historia del futbol.

Acompañados de niños y niñas de la ciudad y emblemas de ambos países los equipos entraron al terreno de juego con el aplauso de toda la fanaticada, que esperaba expectante el desempeño del orgullo nicaragüense en este encuentro amistoso.

El vice alcalde de la ciudad, Néstor Agurcia Perrot, durante las palabras de bienvenida destacó que en Nicaragua se hace deporte en tiempos de amor y paz en lo que representa una oportunidad histórica de poder tener un encuentro de esta categoría en Ocotal en el tercer mejor estadio de Nicaragua después de Managua y Estelí.

El primer gol de la Azul y Blanco fue obra de Elvis Pinell, el segundo lo marcó el capitán Juan Barrera y el último tanto fue de Oscar López para terminar la goleada ante el conjunto suizo.

Fabián Sumter, del equipo sin Fronteras de Suiza al finalizar el juego se manifestó sumamente contento “para nosotros es un honor tremendo vivir la atmósfera contra la selección nicaragüense con sentimientos grandes que podremos contar a nuestros nietos”.

Por su parte, Juan Barrera, capitán de la selección nicaragüense, manifestó que el partido sirvió para tomar ritmo de cara los próximos dos partidos contra Cuba el 8 de diciembre en el Estadio Independencia y el 11 de diciembre en el Estadio Nacional. “Hay que afinar algunos detalles pero estamos contentos con este fogueo”.

“Era solamente un ensayo para que la selección se volviera a encontrar y retomar el concepto”, dijo el profesor Henry Duarte, técnico del onceno nica tras agregar su contento por el desempeño, la seriedad y compromiso con que trabaja el conjunto nicaragüense.

Dijo esperar un Azul y Blanco más exigente, más dinámico, con más fuerza y velocidad en sus enfrentamientos contra Cuba.

ERIKA MONGE