Tiger Woods dejó sin resolver muchas dudas el martes, cuando se le preguntó sobre la fecha en la que podrá volver al golf. De hecho, el astro no está seguro siquiera de cuándo podrá hacer algo más que caminar.
Woods se sometió a dos cirugías de espalda en un periodo de 18 meses, y a lo que fue descrito sólo como otro «procedimiento» en la misma zona el mes pasado. No ha comenzado la rehabilitación ni sabe cuándo su espalda le permitirá iniciarla.
«La parte más difícil para mí es que realmente no hay nada que pueda esperar ni hacia donde pueda avanzar», lamentó Woods. «Simple y literalmente hay que ir día a día, semana a semana, y hora por hora».
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El golfista se presentó en el torneo Hero World Challenge, pero en calidad de anfitrión y no como uno de los 18 jugadores en el Albany Golf Club. La única vez que tocó un palo de golf fue con el objetivo de posar para una foto. Luego, lo usó a manera de bastón para recargarse mientas conversaba con Justin Rose y Zach Johnson en el Green.
Por lo menos, a un mes de cumplir los 40 años, Woods sí sigue sonriendo con facilidad.
No compite desde el 23 de agosto en el Wyndham Championship en Greensboro, Carolina del Norte. En aquel certamen atrajo un público sin precedentes, deseoso de atestiguar su primera aparición.
Jugó su mejor golf en un mal año. Llegó a la ronda final con una desventaja de dos golpes y empató en el décimo puesto.
No sabía que ése sería su último certamen del año. Ahora desconoce cuál será su próximo torneo.
«¿Fue una sorpresa?, sí», comentó Woods. «Porque si bien yo estaba hablando de esa semana y de las posteriores, sentía que el dolor de cadera me mataba, y no quería pensar que el origen estaba en mi espalda. Entrenamos en el remolque cada día y simplemente traté de relajar mi cadera. Y bueno, salimos y jugamos. Pero no sentía ninguna molestia en la espalda. Luego resultó que no era la cadera, sino la espalda».
NASSAU, Bahamas (AP)