El momento azucarado del Barcelona se endulzó un poco más el martes, al aplastar 6-1 a la Roma con sendos dobletes de Lionel Messi y Luis Suárez, para sellar su boleto a los octavos de final de la Liga de Campeones como líderes del Grupo E.
Los azulgranas ya habían logrado su objetivo de pasar ronda por 12do año consecutivo, incluso antes de saltar a la cancha, pues el empate de unas horas antes, 1-1 entre el Bate Borisov y el Bayer Leverkusen, clasificaba matemáticamente al conjunto azulgrana.
Pero, apenas tres días después de vapulear 4-0 al eterno rival Real Madrid en la liga española, que el Barsa lidera con seis puntos de ventaja respecto al cuadro blanco, los «culés» vivieron otra gran noche con el retorno de Messi al once titular tras dos meses lesionado. El astro argentino ya disputó unos minutos en el clásico liguero saliendo desde la banca, pero no jugaba de inicio desde que se lesionara la rodilla izquierda el pasado 26 de septiembre por la sexta fecha del campeonato ante Las Palmas.
El Camp Nou disfrutó de los primeros goles de Messi en la actual Champions, el inicial logrado a los 18 minutos, después de que Suárez abriera el marcador a los 15. El ariete uruguayo, quien asumió la responsabilidad junto a Neymar durante la prolongada baja del rosarino, repitió a los 44 y ya acumula 10 dianas en sus últimos seis partidos, 17 en el total de la temporada.
El tridente ofensivo brilló a las mil maravillas, facilitó el cuarto tanto de Gerard Piqué (56) y Messi (60) repitió antes de que Neymar fallara un penal remachado por el suplente Adriano (77) y Edin Dzeko marcara el único gol visitante en los descuentos.
La Roma requería de una victoria para acompañar al vigente campeón Barsa a octavos, pero sigue dependiendo de sí misma y se conformó con esperar a la última fecha de la fase de grupos, cuando enfrente al Bate, para definir su futuro en la competición.
La última derrota europea de los barcelonistas en su estadio se remontaba a mayo de 2013. Y el conjunto italiano, que no gana de visitante en Champions desde 2010, tampoco puso demasiados argumentos de su parte como para romper la estadística.
Consciente del marcador en Borisov, el equipo de Rudi García pareció rebajar sus expectativas desde la alineación, reservando al centrocampista Daniele De Rossi para futuros compromisos.
Messi tardó poco en calentar la gélida noche barcelonesa con un zapatazo lejano que repelió como pudo el portero Wojciech Szczesny, y un disparo en carrera cruzado en exceso, ambos servidos por Sergio Busquets.
Descolocados e intimidados, los visitantes quedaron retratados en el primer gol de Suárez, que inició Neymar con una medida diagonal a Dani Alves, generoso en la asistencia al uruguayo.
Poco después, Neymar y Messi enloquecieron a la zaga romana con una frenética asociación a la que sumó Suárez con un globo finalmente picado por Messi, suave por encima del arquero rumbo a la red.
El descanso ofició de tregua para el equipo de García, que sobrevivió a un disparo envenenado de Neymar a poco de reanudarse el partido, y finalmente dio señales vitales en un arribo del ex azulgrana Iago Falqué, frustrado en última instancia por el portero Marc-André ter Stegen, básicamente espectador de lujo.
La cuarta diana azulgrana fue obra de Piqué, entusiasmado por la fiesta montada por Neymar, Messi y Suárez, quienes facilitaron el gol del central.
No paró el inspirado tridente, sediento de superar el marcador del clásico, cosa que logró con pasmosa facilidad, nuevamente arrancando en conducción de Neymar y prolongación de Suárez para Messi, quien remachó en boca de gol su propio remate de primeras.
Pudo sumarse a la cuenta el brasileño con un penal provocado por él mismo, pero Szczesny detuvo su lanzamiento, rebañado igualmente por Adriano.
Los visitantes desperdiciaron una oportunidad desde los once metros, pero Ter Stegen tapó a su vez la pena máxima ejecutada por Dzeko. El bosnio finalmente lo logró de cabeza en los descuentos, tanto que no logró empañar otra monumental exhibición de un Barsa imparable, tanto en la liga como la Champions.