James Harden sabía que algo tenía que cambiar, y no se refería al entrenador. Horas después de la destitución inesperada del técnico Kevin McHale, Harden anotó 45 puntos, incluidos los nueve que consiguió Houston en el tiempo extra, y los Rockets superaron el miércoles 108-103 a los Trail Blazers de Portland.
«Encestando tiros o fallándolos, tengo que colocar mi juego en el nivel en que se necesita para que este equipo llegue al lugar que ambiciona», comentó Harden. «Tengo que jugar con más energía. Esta noche marcó el comienzo de eso».
A punto de caer, Corey Brewer embocó un triple que obligó a la prórroga, y Harden se hizo cargo del encuentro después de eso. El astro repartió 11 asistencias, capturó ocho rebotes y robó cinco balones, para que los Rockets coronaran un día emotivo en el Toyota Center.
Estuvieron a punto de sufrir su quinta derrota consecutiva, antes de que Brewer atinara su disparo con 0,9 segundos restantes en el tiempo regular, para igualar el marcador a 99.
«Cuando alguien encesta un tiro como ése, puede despertar a todos», dijo Brewer. «Si ese disparo cambia la temporada, estaré feliz de haberlo logrado. Pero ahora es momento de empezar a ganar».
Los Rockets jugaron buena parte del duelo en forma errática y con poca puntería. El entrenador interino J.B. Bickerstaff, hijo del ex técnico Bernie Bickerstaff, dirigió por primera vez en un encuentro de la NBA.
«La forma en que esto ocurrió es la que se necesitaba», opinó Bickerstaff, en referencia al triunfo agónico. «Nuestros chicos estaban desalentados, pero mostraron perseverancia, pelearon, fueron resistentes y se mantuvieron unidos. Ello habla mucho de ellos».
Los Blazers sufrieron su séptima derrota consecutiva. Es su peor racha desde que cerraron la campaña de 2012-13 con 13 derrotas en fila.
HOUSTON (AP)