Lewis Hamilton estaba a punto de conquistar su tercer campeonato mundial, concentrado en el asfalto de frente y su lugar en la historia de la Fórmula Uno.
Si miraba por el retrovisor, podría haber visto el bólido rojo de Sebastian Vettel, ganando terreno vuelta tras vuelta, remontando desde el fondo de la parrilla hasta los primeros puestos. Al final del Gran Premio de Estados Unidos, Vettel le pisaba los talones a Hamilton y su compañero de Mercedes, Nico Rosberg, y casi obliga a postergar el festejo del británico.
El tercer lugar de Vettel el fin de semana pasado en Austin fue su 12do podio de la temporada, y otra señal de que Ferrari y su piloto, cuatro veces campeón mundial, están listos para retar la supremacía de Hamilton y Mercedes en 2016.
«Tenemos un gran vehículo. Creo que superamos todas las expectativas», dijo Vettel antes del Gran Premio de México de este fin de semana. «Nos estamos acercando y ojalá que el próximo año podamos complicarles mucho la vida».
Ferrari ha tenido grandes mejorías en el último año.
La escudería más famosa del automovilismo pasó por un momento difícil en 2014. El equipo ganó apenas una carrera en 2013 y, al igual que el resto de la parrilla, no pudo competir con los Mercedes cuando la serie cambió los motores V8 por los turbo híbridos V6. Nadie podía competir con los alemanes, pero Ferrari decidió que necesitaba empezar de cero para compensar por el cambio de motor.
El presidente Luca Cordero di Montezemolo se fue después de 23 años al mando. Maurizio Arrivabene fue nombrado director del equipo y Vettel, quien ganó cuatro campeonatos consecutivos con Red Bull entre 2010-13, fue contratado para reemplazar a Fernando Alonso. La época de dominio de Ferrari con Michael Schumacher es un recuerdo lejano, ya que un piloto de la escudería no gana el campeonato mundial desde Kimi Raikkonen en 2007, y el equipo no conquista el título de constructores desde 2008.
Por eso hay tanto optimismo por el futuro inmediato. Vettel estuvo a punto de superar a Rosberg en la última vuelta el domingo, a pesar de largar con una sanción de 10 puestos en la parrilla por utilizar su quinto motor de la temporada.
Vettel llegó a Austin con una pequeña posibilidad de pelearle el campeonato a Hamilton, pero el cambio de motor prácticamente sentenció el resultado, y dejó claro que Ferrari ya piensa en 2016.
«Por supuesto que había que pagar un precio», dijo el vocero de Ferrari, Alberto Antonini. «Nos dejará en una mejor posición para las próximas carreras».
Vettel pareció estar de acuerdo. El alemán ha ganado tres veces esta temporada, más que las victorias de Ferrari los dos últimos años combinados, y marcha segundo en el campeonato al frente de Rosberg.
«Por supuesto que mi meta es ganar el campeonato con Ferrari, pero no me he fijado una cifra y ni siquiera pensaría en igualar a Michael», señaló, en referencia a los siete campeonatos mundiales de la leyenda alemana.
MEXICO (AP)