Para la mayoría, los Astros de Houston ni siquiera figuraban en el panorama de postemporada de este año.
Ese no es gran consuelo tras ser eliminados de la serie divisional de la Liga Americana en cinco juegos por los Reales de Kansas City.
«Nos quedará un mal sabor de boca por mucho tiempo», dijo el estelar lanzador Dallas Keuchel. «No puedo esperar a que llegue el año entrante».
Los Astros estuvieron a seis outs de ir a la serie de campeonato, luego de gozar de una ventaja de tres carreras en el octavo inning del lunes, antes de que los Reales explotaran a un bullpen titubeante y un costoso error para anotar cinco veces y venir de atrás en un triunfo de 9-6. Houston tuvo ventaja de dos carreras el miércoles, antes de que el dominicano Johnny Cueto les bajara la cortina durante la victoria de 7-2 que puso fin a la serie.
«Anoche, los muchachos tenían el balance correcto de orgullo y decepción», dijo el manager debutante A.J. Hinch. «Orgullosos de lo que hicimos, de lo que logramos, de cómo nos unimos como equipo… pero con la suficiente hambre para mostrarse devastados de que la temporada haya finalizado».
Houston llegó a los playoffs por primera vez desde que llegó a la Serie Mundial de 2005. El surgimiento de los Astros ocurre apenas dos años después de imponer un récord de la franquicia con 111 derrotas, como parte de tres años consecutivos con al menos 100 descalabros por temporada.
«Hicimos que se hablara de béisbol en octubre en Texas, y eso no es sencillo», dijo el gerente general, Jeff Luhnow.
Lograron la transformación gracias al desarrollo de una joven generación de talento, entre la que destaca el torpedero puertorriqueño, Carlos Correa, la primera selección global del draft de 2012, y de quien esperan se convierta en la referencia de la franquicia durante muchos años.
«Tenemos mucha confianza», dijo Correa. «Nadie esperaba que estuviéramos aquí. Y conseguimos mucho este año… el futuro es brillante y estamos ansiosos a que llegue la siguiente temporada».
Con una madurez que supera su edad, Correa, quien cumplió 21 años el 22 de septiembre, llegó al equipo grande en junio e impuso una marca del equipo para un novato con 22 cuadrangulares, la mayor cantidad para un jugador debutante en la Liga Americana y la cifra más alta para un torpedero en las Grandes Ligas. Además terminó con 68 carreras impulsadas, 45 extrabases y 22 dobletes.
«La historia de Carlos Correa apenas se está escribiendo», dijo Luhnow. «Este es tan solo el segundo capítulo de un largo libro, será divertido para nuestros aficionados ver como él y otros jóvenes se desarrollan».
Además, el estelar segunda base venezolano José Altuve bateó 200 hits por segundo año seguido y lideró la Americana con sus 38 bases robadas, 40 dobles y 66 impulsadas. Pese a perderse dos meses por una fractura en la muñeca, el jardinero George Springer bateó para .276 con 16 jonrones, 41 impulsadas y 16 robos en su segunda campaña en las mayores.
Luhnow, arquitecto de la transformación de Houston, no quiso adelantar los planes del equipo durante el receso.
«Repetiría con el mismo equipo, si pudiera», dijo Luhnow. «Este es un equipo con buena camaradería y creo que el año que viene tendrá la oportunidad de lograr lo que hicieron este año y quizás algo más».