Exiliado en Colorado, José Reyes añora un equipo ganador

Dentro del camerino visitante del Citi Field, un empleado de los Mets de Nueva York se le acercó a José Reyes con un teléfono para que saludara a un conocido.

«Aquí estoy, echando mano», decía por Face Time el torpedero dominicano de los Rockies de Colorado.

Con su cuarto equipo en cinco temporadas, Reyes no ha perdido su alegre disposición y entusiasmo.

Pero la visita a Nueva York esta semana le obligó a reflexionar sobre su actual estatus, y no pudo ocultar la amargura por las circunstancias.

—Los Mets, el club con el que debutó en Grandes Ligas, ha resurgido esta temporada, completó una barrida de cuatro juegos contra Colorado y lidera su división en la Liga Nacional.

—Los Azulejos, el equipo que el 27 de julio decidió transferirle a los Rockies por Troy Tulowitzki y varios prospectos, procedió a repuntar ocho juegos en las siguientes dos semanas y ahora comanda su división en la Liga Americana.

Reyes, por su parte, se encuentra exiliado en Colorado, que languidece a 16 juegos del primer puesto en el Oeste de la Nacional, rumbo a una quinta temporada seguida con más derrotas que victorias.

Tras haber cumplido los 32 años en junio, lo que más quiere Reyes es estar con un equipo con aspiraciones de ganar una Serie Mundial.

«No quiero pasar el resto de mi carrera jugando con un equipo en el último lugar», señaló Reyes a The Associated Press. «Cuando me retire, no quiero estar en mi casa pensando que mi carrera fue por el gusto. Me gusta fajarme compitiendo, no con un equipo fuera de carrera».

«Nunca voy a perder la actitud positiva, siempre estaré ayudando al equipo, dejando lo mejor», dijo Reyes. «No quiero que me mal entiendan. Aquí hay mucho talento. Ahí están Carlos González y (Nolan) Arenado, gente que batea. Hay que tratar de terminar fuerte estos últimos dos meses y tomar ese empuje para el próximo año».

Reyes es uno de los peloteros mejor pagados de las mayores. Este es el primero de tres años consecutivos en el que cobrará un salario garantizado de 22 millones.

«Un cambio a mitad de temporada es durísimo», señaló el manager de los Rockies. «Lo que tiene José es la alegría con la que juega, su entrega. No tardó en ser uno de los más queridos por sus compañeros».

Inmerso en la peor campaña de su carrera tanto al bate como en defensa, el contrato de Reyes —que firmó con los Marlins de Miami previo a 2012— era considerado como radioactivo.

Pero los Azulejos prefirieron asumir una mayor compromiso contractual, de 94 millones de dólares garantizados, por Tulowitzki, un torpedero dos años menor que el dominicano.

Reyes está al tanto de lo que se dice sobre si su declive es irreversible. No ha vuelto a tener un porcentaje sobre .300 desde que ganó el campeonato de bateo de 2011, su última campaña con los Mets. Alguien que cuatro veces lideró su circuito en triples aún no ha conectado un imparable de tres bases en 2015. Está antepenúltimo entre 25 campocortos en las mayores en las mediciones de Fangraphs sobre eficiencia defensiva.

«No importa lo que la gente diga, yo estoy en perfectas condiciones», afirmó. Hay cosas que ya no puedes hacer, hay que cuidarse y tienes que hacer algún ajuste pero yo me siento perfecto. Tengo que creer que puedo enderezarlo».

Reyes extraña la camaradería en Toronto con sus compatriotas José Bautista y Edwin Encarnación, y se emociona con el éxito del equipo.

Pero no echa de menos el césped artificial: «No me importaba porque estaba jugando por el primer lugar. Ahora me siento que tengo 25 años otra vez».

NUEVA YORK (AP)