Cuando el presidente de la UEFA, Michel Platini, entregue el trofeo de la Liga de Campeones al capitán de Juventus o Barcelona, el fútbol europeo cerrará por vacaciones. Pero al otro lado del Atlántico, la Copa América está a punto de comenzar y la final de Berlín es lo más parecido a un partido inaugural por todo lo que hay en juego.
Seleccionadores, aficionados, organizadores y probablemente patrocinadores contienen la respiración para que las estrellas sudamericanas que pisen el sábado la cancha del estadio Olímpico salgan intactas del lance.
Si por una desgracia, Lionel Messi, Neymar o Arturo Vidal cayeran lesionados, el escándalo que sacude la Conmebol y la FIFA robaría todavía más plano al torneo deportivo.
«Hemos tenido visitas puntuales con algún seleccionador, pero cada uno tiene sus realidades», dijo el técnico del Barsa Luis Enrique. «A mí me interesa acabar bien la temporada con el partido de la Champions y a ellos empezar bien la Copa América».
«Habrá un seguimiento y compartiremos información, pero nada más. Nuestros jugadores llegan en muy buen estado, y eso es lo que busca cualquier entrenador», añadió.
BERLIN (AP)