Los Bulls de Chicago despidieron el jueves a Tom Thibodeau, diciendo que había llegado la hora de dar vuelta la página y dejar ir a un técnico de fuerte personalidad que los clasificó a los playoffs de la NBA las cinco temporadas que estuvo al frente del equipo.
Thibodeau tuvo marca de 255-139 con los Bulls, lo que representa un promedio de victorias de 64,7%. Es el séptimo técnico más ganador entre todos aquellos que tienen por lo menos 200 juegos al frente de un equipo. En el 2011 fue elegido el Técnico del Año en la NBA.
En esto cinco años, no obstante, una sola vez Chicago pasó de la segunda ronda de los playoffs, cuando jugaron la final de la Conferencia del Este en el 2011.
El presidente de los Bulls Jerry Reinsdorf fue más franco todavía:
«Los equipos que rinden continuamente al más alto nivel registran una unidad entre todos los sectores, personal, jugadores, técnicos, gerentes y propietarios. Cuando todos tiran para el mismo lado, se genera confianza y los equipos pueden crecer y lograr resultados. Lamentablemente, nos hemos alejado de esa cultura».
Pareció haber un cortocircuito entre el técnico y la gerencia en torno al tiempo de juego que se le debía dar a Derrick Rose, Joakim Noha, quien venía de una operación en una rodilla, y al veterano Kirk Hinrich.
La gerencia quería que esos jugadores dosificasen su esfuerzo y llegasen en su plenitud a los playoffs, mientras que el técnico es firme creyente en los beneficios de hacer jugar a la gente.
Se esperaba que los Bulls peleasen el campeonato este año tras contratar a Pau Gasol y recuperar a Rose, que no jugó la mayor parte de las dos temporadas previas por lesiones. Pero Rose no tuvo un rendimiento parejo y el equipo sufrió lesiones y altibajos. Cosecharon 50 victorias, lo que no está mal, pero tampoco es lo que buscaban.
«Este equipo tiene potencial para más», dijo Gasol al terminar la temporada.
CHICAGO (AP)