Los hinchas en América Latina, donde el fútbol es como una religión, aplaudieron el miércoles una masiva operación internacional contra destacados dirigentes de la FIFA, diciendo que ya era hora de que alguien les echara el guante.
Los nombres de los involucrados siempre han estado rodeados de polémica y sospechas en sus países, hechos inherentes a los poderosos cargos que han ocupado.
«¡Esto tendría que haber pasado hace mucho!», dijo Wilson Suares, un vendedor de periódicos de 66 años en Río de Janeiro, la ciudad que para muchos es el «hogar» espiritual del fútbol y donde se disputó la final del Mundial 2014 que ganó Alemania.
«Todos ellos están ahí para robar», agregó, en declaraciones similares a las expresadas en otras partes y en mensajes en Twitter de toda la región.
Siete de los ejecutivos del fútbol más conocidos de la región fueron detenidos en Suiza el miércoles y podrían enfrentar un proceso de extradición hacia Estados Unidos.
Funcionarios estadounidenses dijeron que la investigación expuso un complejo esquema de lavado de dinero, millones de dólares en impuestos no contabilizados y decenas de millones de dólares en cuentas en el extranjero a nombre de dirigentes de la FIFA.
Los arrestados son: Jeffrey Webb, vicepresidente de la FIFA y presidente de la CONCACAF; Eduardo Li, que dirige la asociación de Costa Rica; Julio Rocha, ex presidente del fútbol de Nicaragua; Eugenio Figueredo, otro vicepresidente de la FIFA y ex jefe de la Confederación Sudamericana.
RÍO DE JANEIRO, (Reuters)