Si quiere conquistar su décimo título del Abierto de Francia, Rafael Nadal tendrá que superar quizás el recorrido más difícil desde que se convirtió en el rey de Roland Garros.
El sorteo del viernes fue lapidario para el nueve veces campeón, cuya confianza y título como el «Rey de la Arcilla» parecen cada vez más en duda.
Hubo reacciones de sorpresa en el auditorio cuando la campeona de las mujeres, Maria Sharapova, sacó el nombre de Nadal durante el sorteo, y dejó servida la posibilidad para otro duelo de campanillas contra el primero del ranking mundial, Novak Djokovic. Sólo que esta vez, los finalistas de 2012 y 2014 se enfrentarían en los cuartos de final.
Sólo para llegar hasta esa etapa, el español probablemente tendría que superar en cuarta ronda a uno de los tenistas del futuro, el décimo preclasificado Grigor Dimitrov.
Y en las semifinales podría aguardar Andy Murray, el campeón de Wimbledon en 2013 y del Abierto de Estados Unidos en 2012, que no ha perdido un solo partido desde que se casó el mes pasado.
Nadal ha tenido sorteos desfavorables en el pasado. En 2011, 2013 y el año pasado, derrotó a tres top-10 rumbo a la victoria.
Y su marca de 66-1 en Roland Garros, donde su único revés fue en la cuarta ronda en 2009, significa que no puede ser descartado a pesar de que no ha ganado un solo título en esta temporada de arcilla.
De todas formas, si la final del 7 de junio termina con Nadal mordiendo el trofeo como suele hacer en sus festejos, este Roland Garros podría ser su mayor logro, tomando en cuenta los obstáculos que enfrenta.