El exejecutivo de Juventus Luciano Moggi apelará ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos para que revoque su prohibición vitalicia del fútbol.
A Moggi y otros el máximo tribunal penal de Italia les revocó el martes sus sentencias de prisión por el escándalo de arreglos de partidos de hace nueve años, conocido como Calciopoli, en virtud del estatuto de prescripciones.
Moggi y otro exejecutivo de Juventus, Antonio Guiraudo, fueron acusados de crear una red de contactos con dirigentes de la federación Italiana de fútbol para influír sobre la asignación de árbitros y arreglar que jugadores clave de otros equipos fueran amonestados antes de partidos con el club de Turín.
Moggi evitó una sentencia de 28 meses de prisión por asociación delictiva, pero se mantiene su prohibición del fútbol de por vida.
«Mi lucha continúa», afirmó el exdirigente de 77 años, quien siempre ha negado los cargos. «Apelo al Tribunal Europeo de Derechos Humanos para que cancele también la pena deportiva y pueda regresar al mundo del fútbol. Dos árbitros que fueron acusados de fraude deportivo fueron exonerados. Yo no pude haber cometido fraude deportivo y asociación delictiva sin compañía. Siempre he dado la cara porque no temo a nadie».
Los antiguos árbitros Paolo Bertini y Antonio Dattilo fueron absueltos, mientras Pierluigi Pairetto, que designaba los árbitros, y el exvicepresidente de la federación italiana Innocenzo Mazzini vieron eliminadas sus sentencias.
Otro exárbitro, Massimo De Santis, fue el único que no se vio beneficiado. Su apelación a una sentencia de 10 meses en suspenso fue rechazada.
Juventus fue despojado de los títulos de 2005 y 2006 por el escándalo, y el equipo fue relegado a la segunda división con una penalidad de 9 puntos. El equipo ascendió inmediatamente de nuevo a la Serie A.
También hubo penalidades de puntos para otros clubes.
Moggi fue sentenciado a 5 años y 4 meses en el fallo inicial, que fue reducido en apelación. A Ghiraudo le redujeron su sentencia de 36 meses a 20.
En 2011, la federación italiana extendió las proscripciones de cinco años a ambos a de por vida.
MILAN (AP)