Ocho hombres recluidos en una celda del tribunal penal de la ciudad de Weatherford (Texas, Estados Unidos) rompieron la cerradura y salieron al pasillo, corriendo el peligro de ser legítimamente abatidos. El único objetivo que tenían era ayudar a su vigilante, quien aparentemente se había desmayado.
Antes de que se desplomase sobre la silla, el funcionario estaba hablando con los presos y les hacía bromas. Cuando dejó de reaccionar de repente a sus réplicas, ellos entendieron en el acto que estaba mal de salud. Primero se pusieron a gritar y, al no ser escuchados, se abalanzaron juntos contra la reja hasta que rompieron la cerradura.
Cuando salieron de la celda, los reos se acercaron al oficial desmayado y se aseguraron de si tenía o no pulso. Entonces pidieron a gritos ayuda y uno de ellos acudió al dispositivo de radio del celador para avisar a sus colegas.
Los agentes llegaron corriendo, reporta USA Today. Primero encerraron a los prisioneros y acto seguido procedieron a los primeros auxilios en espera de un equipo de paramédicos. La pistola y las llaves que llevaba el guardia desmayado estaban con él.
En respuesta a la pregunta por qué lo hicieron, uno de los reclusos ha contestado: «Es simplemente un buen hombre». A su vez, el sargento que acudió primero al lugar de los hechos ha admitido que el grupo realmente le salvó la vida a su compañero, quien necesitaba ser atendido dentro de los primeros 15 minutos para poder ser reanimado.