El padre de un niño de tres años, cuyo cuerpo sin vida fotografiado en la orilla de una playa turca hace un año atrajo la atención del mundo sobre la difícil situación de los refugiados, dice que poco ha cambiado desde entonces.
Hace un año, Abdullah Kurdi, que ahora vive en Irak, perdió además de a Aylan, a otro hijo Galip de 5 años, y a su esposa Rihan, de 35.
El diario alemán Bild cita declaraciones de esta semana de Kurdi en las que dice estar contento de que se publicara la foto del cadáver de su hijo para «dejar claro a la gente lo que está pasando», pero está decepcionado porque no se haya hecho más por los refugiados desde entonces.
«Después de la muerte de mi familia, los políticos dijeron: ¡nunca más! Todo el mundo quería hacer supuestamente algo tras las fotos que los conmocionaron tanto. ¿Pero que pasa ahora? Las muertes siguen ocurriendo», dijo.