Un hombre en Estados Unidos fue sentenciado el miércoles a tres años de prisión después admitir que mató al hijo de su novia, quien padecía discapacidad severa, poniéndole vodka en su tubo de alimentación.
Walter Richters, de Hardwick, Vermont, fue sentenciado después de llegar a un acuerdo con los fiscales. Se le reconoció un año y medio que ya pasó preso.
Richters se declaró culpable en octubre de homicidio por la muerte del niño de 13 años, Isaac Robitille, en 2014, en la casa en Hardwick que compartía con la madre del menor.
El acusado, de 38 años, también acordó testificar en contra de la madre del niño, Melissa Robitille, que según las autoridades aprobó darle vodka a su hijo a través del tubo de alimentación porque el niño «estaba siendo quisquilloso».
Los fiscales dicen que el menor era ciego, no tenía orejas, tenía el paladar partido y retrasos de desarrollo.
Richters dice que se arrepiente de lo que hizo.