Centenares de personas dieron este lunes un último adiós en el sur de Francia al policía y a su pareja asesinados la semana pasada por un yihadista, antes de la inhumación de sus cuerpos en la región.
Familiares, amigos, colegas, dirigentes políticos y ciudadanos anónimos participaron en la ceremonia en Pézenas (a 50 km de Montpellier), de donde era oriundo Jean-Baptiste Salvaing, el agente asesinado junto a su pareja y madre de su hijo de 3 años, Jessica Schneider.
El alcalde, Alain Vogel-Singer, evocó la «rabia», la «ira» y «la emoción» de los habitantes de la localidad, antes del traslado de los cuerpos al cementerio de Montagnac (a 7 km de Pézenas), donde fueron enterrados.
Salvaing, de 42 años, fue apuñalado el 13 de junio frente a su vivienda en Magnanville, en la región de París.
El autor del crimen, Larossi Abballa, se introdujo luego en el domicilio y tomó como rehén a Jessica Schneider, de 36, a quien degolló en presencia del niño, quien fue hallado en estado de conmoción.
Abballa fue abatido por una brigada de élite de la policía. Antes de la intervención, reivindicó su pertenencia al grupo extremista Estado Islámico (EI).
La investigación trata de determinar si tuvo cómplices. La policía detuvo a dos personas con las que estaba vinculado, bajo el cargo de «asociación terrorista de delincuentes».