El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, ha expresado su indignación por las elevadas cifras de deportaciones de ciudadanos mexicanos en Estados Unidos.
«Sí, me indigna y nos indigna a los mexicanos. Lamentamos que esto suceda y fue un tema que abordamos en la cumbre binacional anterior a la cumbre que mantuvieron los tres países la semana pasada», dijo el líder mexicano durante una entrevista televisiva citada por Reuters, en referencia a la reciente visita de su homólogo estadounidense, Barack Obama, a la ciudad de Toluca.
Sí, me indigna y nos indigna a los mexicanos
A su juicio, en este ámbito «hay una falta de conciencia, algo que no solo debe preocupar y alertar a los mexicanos, sino que también debe preocupar al Gobierno de Estados Unidos». «Ellos deberían ocuparse de la cuestión», dijo Peña Nieto.
El mandatario mexicano solicitó «más colaboración y apoyo hacia los deportados para conocer más sus condiciones, sus antecedentes, etc». Según una investigación realizada por el Centro de Política de Inmigración de EE.UU., uno de cada diez inmigrantes mexicanos sufre agresiones durante el proceso de deportación de EE.UU. Lesiones graves, agresiones verbales e incluso robo de objetos personales son algunos de estos abusos que sufren.
Respecto a la reforma migratoria, Peña Nieto dijo que «es algo que debió haberse logrado hace tiempo atrás».
«La reforma migratoria me parece que es apenas un mínimo de atención y de reconocimiento a los flujos migratorios que han llegado a EE.UU. y que forman parte de la cultura de ese país y que aportan a su riqueza», enfatizó.
El proyecto de ley migratoria, que podría conceder la nacionalidad a más de 11 millones de inmigrantes indocumentados que residen en ese país, fue aprobado por el Senado en junio del año pasado, pero la puesta en marcha de la reforma fue frenada por los diputados republicanos. Las protestas, que se organizan con frecuencia, intentan presionar a la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, para que se convoque una votación.