Un campesino murió y cinco resultaron heridos en un enfrentamiento ritual a pedradas que se remota a la época de los incas, informaron el jueves las autoridades médicas.
«El señor Daniel Huayta Ccoa, de 29 años, murió por traumatismo encefalocraneano grave. Recibió golpes de piedras en la zona frontal y occipital del cráneo», dijo por teléfono a The Associated Press Carmen Umeres, vocera del hospital de Sicuani, ubicado en las montañas de la región Cusco, a 1.344 kilómetros al sureste de Lima.
Afirmó que el enfrentamiento entre casi cien campesinos quechuas se produjo en la víspera en una zona rural descampada de la provincia de Canas, a casi 5.000 metros sobre el nivel del mar, en un ritual llamado Chiaraje.
Juan Ossio, profesor principal de antropología andina de la Pontificia Universidad Católica de Perú, dijo a la AP que «el Chiaraje es una batalla ritual para limar las asperezas del año, donde participan los hombres con hondas que arrojan piedras y en medio de la euforia hay heridos y a veces muertos…se cree que la sangre que cae al piso fertiliza la tierra».
Algunos van a caballo con látigos y la gran mayoría a pie vestidos con trajes de colores y adornados con flores. Insultan y se burlan de sus rivales en quechua y el otro grupo responde de igual forma.
Desde la mañana hasta la caída de la tarde del miércoles los hombres de los distritos de Langui, Layo, Checca, Kunturkanki se enfrentaron con los del distrito de Quehue y sus aliados.
«Es una batalla ritual porque ya se sabe que un grupo gana en el primer tiempo y el otro gana en el segundo tiempo», explicó Ossio. Durante el intermedio, por lo general después del mediodía, los participantes comen papas, carne de cordero, alpaca y se bebe gran cantidad de licor. Las mujeres ayudan a llevar las piedras por el campo de batalla y animan a sus hijos, maridos o hermanos.
«Para mí es un acto salvaje. Este señor Daniel Huayta ha muerto y ha dejado viuda a su esposa y (huérfanos a) sus dos niños de 7 y 3 años. A la viuda la fiesta no le va a devolver a su marido…», comentó Umeres desde el hospital de Sicuani. «Los heridos recibieron pedradas en las manos, los testículos y la mandíbula. El año pasado otro hombre perdió un ojo», dijo.
El antropólogo Ossio explicó que desde el punto de vista occidental se ve como «expresiones de salvajismo a las batallas rituales donde salen personas heridas o hasta muertas, pero esa es la idiosincrasia de los pueblos quechuas». Afirmó que existen decenas de enfrentamientos rituales en zonas andinas de Perú y Bolivia entre ellos «las peleas rituales del takanakuy u otras donde se arrojan una fruta llamada tuna».