Ochocientas personas han sido evacuadas de una iglesia en la ciudad francesa de Besanzón, en el este del país.
La evacuación ha tenido lugar después que una llamada anónima informara de que muy cerca del edificio había un coche aparcado, lo que contradice las normas de seguridad.
Ni siquiera la aparición del propietario del coche convenció a los agentes de Policía de interrumpir el examen del vehículo.
Según informa la prensa local, se trata de una falsa alarma, los agentes no encontraron ningún explosivo.