¿Te imaginas que la tinta de tu próximo tatuaje tenga como principal componente el ADN de un ser querido? Es un poco extravagante, pero es una realidad. Y la idea surgió en una playa de Florida.
La pierna tatuada de una mujer que nadaba fue lo que hizo que Patrick Duff se planteará llevar los tatuajes homenaje un paso más allá. “En ese momento pensé: ‘¿No sería genial convertir ese tatuaje en un relicario?’, ¿Poner un pedacito de algo que le importara, incluso una parte de tu esposo, en el tatuaje?”, recuerda Duffy en una entrevista a The New York Times.
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Cuatro años después de hacerse aquella pregunta, Duffy que hasta entonces dirigía un programa de buceo terapéutico para veteranos del Ejército, vio nacer a Everence. Esta sustancia, que patentó junto a otros cuatro socios, es un polvo sintetizado a partir de una muestra de ADN, que en muchos casos viene de las cenizas que dan como resultado la cremación. El polvo, que se almacena en un pequeño frasco, se le entrega al tatuador para que lo añada a cualquier tipo de tinta. ¡Voilà, tendrás por siempre una parte de tu ser querido! Que, ojo, no tiene porque ser solo humano. La empresa también lo hace con el ADN de perros y gatos o “cualquier otro amigo peludo”, añade The New York Times.
Esta practica se une a otras que apenas están incursionando en el mundo del tatuaje biogenético, o sea, la de crear tintas que incluyan elementos orgánicos.
La tinta mórbida, como se ha dado a conocer popularmente no es nada nuevo. En el pasado algunos biohackers había mezclado material orgánico en las tintas, pero este terminaba siendo absorbido por el cuerpo de la persona tatuada. Hasta ahora.
Según explica desde Everence, los clientes que están interesados en utilizar su técnica le envían sus muestras de ADN. Una vez en sus manos, ellos pulverizan, esterilizan y guardan el ADN en cápsulas microscópicas de plexiglás –material que tiene otros usos médicos como en la cirugía cosmética-. Es este recubrimiento el que permite que el ADN no sea absorbido por el cuerpo y quede en la tinta permanentemente.
Esta práctica no supone un riesgo más que los que ya conlleva un tatuaje regular. Es más, Everence adoptará la designación de “cosmético” que otorga la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos en EE UU).
En Estados Unidos algunos estudios neoyorquinos ya promocionan el uso de esta sustancia. Eso sí, habrá que pagar. “Everence costará 650 dólares, lo que incluye el kit, el proceso de elaboración del polvo y el envío al cliente unos meses después”, sostiene The New York Times.
La ciencia y la tecnología han permitido que el ácido nucleico que contiene las instrucciones genéticas de todos los organismos vivos esté presente en los objetos menos pensados.
Ya en 2016 una estudiante de diseño de moda en Londres se le ocurrió utilizar parte del ADN de Alexander McQueen para crear en un laboratorio un tejido similar al cuero, con el que más tarde confeccionó chaquetas, mochilas y bolsos.