Las imágenes han causado indignación en las redes sociales.
Un video difundido en redes sociales muestra el momento en que un sacerdote pierde el control debido al llanto de un bebé y le cubre la boca para después sumergirlo con fuerza bajo el agua.
¡Indignante! Un bautizo se convirtió en un verdadero calvario para un bebé que estaba siendo bautizado en Rumanía. Al momento las imágenes son virales en YouTube y han causado la indignación de miles a lo largo y ancho del mundo.
El cura celebraba el bautizo del niño cuando este comenzó a llorar. Enfurecido, le presiona la boca para hacerlo callar, pero el pequeño se queja aún más y el pastor lo coloca sobre una mesa y comienza a quitarse la vestimenta para finalizar la ceremonia.
Ante la solicitud de los familiares, el hombre hace un último intento pero en esta ocasión toma al menor con mayor brusquedad y lo mete tres veces en el agua (como requieren los bautizos ortodoxos) con la boca tapada.
En el video viralizado en YouTube se ve cómo un sacerdote pierde el control y trata con violencia a un bebé que estaba a punto de ser sumergido a una pileta de agua bendita. Al parecer, el llanto del niño exasperó al cura quien no pudo ocultar su malestar.
El ‘hombre de Dios’, alterado por el escándalo del bebé, le tapa la boca con fuerza para que deje de gritar, según se ve en YouTube. Sin embargo, en vez de calmarlo, el niño hace mucho más ruido ya que el sacerdote lo estaba asfixiando.
En un momento de la ceremonia se observa cómo el cura les dice algo a los padres del pequeño. En ese instante lo pone sobre una mesa y deja ver su molestia al tirar de sus vestimentas. Todo hacía creer que el bautizo iba quedar a medio camino.
Sin embargo, el sacerdote decide hacer un último esfuerzo para bautizar al bebé. Es así que regresa haciendo evidente su disgusto para intentar nuevamente sumergir al niño en la pileta de agua.
Con mucha brusquedad, el hombre lo coge y sumerge tres veces dentro de la pila. Cabe indicar que los bautizos católicos exigen que los niños sean sumergidos en el agua bendita tres veces de la cabeza a los pies, un ritual bastante criticado por muchos.