De los creadores del alcohol que no deja resaca y la inyección que cura la drogadicción, llega la píldora de origen natural que fortalece los músculos, promueve el crecimiento, mejora la capacidad intelectual, disminuye la anemia, alivia la fatiga, facilita un sueño profundo y aumenta el vigor sexual.
No es broma: esos son, según el Departamento de Relaciones Exteriores de Corea del Norte, los efectos de la Neo-Viagra, fabricada por el Centro Medicinal de Corea propiedad del Estado. La supuesta medicina natural vale para ambos sexos, viene en gránulos marrones de aspecto herbario y parece hecha para exportar, aunque se venda ya en Pionyang por entre 12 y 15 dólares.
Lo mejor es que podría funcionar de verdad, por lo menos en lo que se refiere al vigor sexual. Un reportero del Washington Post compró el fármaco en la capital de Corea del Norte y envió una caja a los laboratorios de Pfizer en Massachusetts, donde se desarrolla la auténtica pastilla azul que todos conocemos de oídas. Lejos de ser una hierba medicinal, cada dosis de Neo-Viagra contiene 50 miligramos de sildenafilo, el ingrediente activo de la verdadera Viagra (esta viene en formatos de 50 o 100 miligramos).
Es una formulación diferente a la que se encuentra en el sildenafilo de las auténticas tabletas de Pfizer, explica Yasar Yaman, director de seguridad global de Pfizer para el mercado asiático. Pero es la misma droga sintética, al fin y al cabo. Para Pfizer, el hecho de que la Neo-Viagra se comercialice como una medicina herbal, cuando contiene sildenafilo, representa una amenaza para la salud y la seguridad de los pacientes.