Una reciente investigación realizada por la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA, por sus siglas en inglés), muestra los posibles riesgos asociados con la modificación permanente del color de la piel que dejan los tatuajes. Así lo informa el diario británico ‘The Independent’. Según el reporte, la agencia ha mostrado su preocupación por los potenciales peligros para la salud relacionados con la mezcla de los pigmentos utilizados para tatuar a las personas.
El estudio señala que las consecuencias más severas tienen que ver con alergias causadas por las sustancias químicas en los pigmentos. Algunos de ellos incluso podrían ser cancerígenos o capaces de producir mutaciones y efectos tóxicos. En muchos países, la calidad de los pigmentos no está regulada, por lo que existen muchos materiales de poco costo y baja calidad que utilizan los profesionales del tatuaje.
Los científicos han determinado que algunos colores utilizados en este ‘arte en la piel’ tienen relación directa con patologías específicas. De esta forma, se indica que el color rojo está ligado a la dermatitis, la hinchazón y el dolor, debido a que contiene sulfuro de mercurio. Asimismo, los colores rojo, azul, verde y púrpura podrían causar granulomas: pequeñas inflamaciones en la piel.
Sin embargo, existe un color que causa mayor preocupación en los investigadores: el negro o ‘jena neutral’. A diferencia de la jena auténtica, de color naranja, esta sustancia podría contener altos niveles de sustancias tóxicas prohibidas para su uso en la piel humana. El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) va más allá y advierte: «Si usted ve una tienda donde ofrecen tatuar una imagen de color negro en su piel, evítela. Esto podría traerle una reacción alérgica grave, peligrosa para la vida».