La californiana Teri Goldstein ha obtenido 10.000 dólares de parte de Microsoft después de que Windows 10 fracasara al intentar instalarse de forma automática en su ordenador con Windows 7, informa ‘The Guardian’.
La instalación fallida de Windows 10 dejó al ordenador de la mujer, utilizado para gestionar su agencia de viajes desde una oficina en California, inestable y a menudo no respondía, según Goldstein. La mujer argumentó que nunca había escuchado hablar de Windows 10 y que nadie le preguntó si quería actualizarlo. Fue así que la damnificada decidió demandar a la empresa por la pérdida de ingresos y obtuvo 10.000 dólares.