El hallazgo ha asombrado a la comunidad científica y a miles de pacientes: El acetaminofén (paracetamol) no sólo hace desaparecer tu dolor de cabeza, si no que también te impide sentir el ajeno.
Eso es lo que afirma una nueva investigación de la revista especializada Social Cognitive and Affective Neuroscience.
Los investigadores de la Universidad de Ohio llegaron a esta conclusión luego de evaluar a un grupo de 80 estudiantes universitarios que se ofrecieron de voluntarios.
Un primer grupo de 40 voluntarios bebió un refresco que contenía 1,000 miligramos de acetaminofén, mientras que los otros 40 sólo tomaron agua.
Luego, les dieron para leer un artículo con historias de personas que habían sufridos dolores físicos graves, como los producidos en un accidente de tránsito o el drama familiar de perder a un ser querido.
Una hora después de haber ingerido las bebidas, les pidieron que evaluarán entre 1 (leve) y 5 (muy grave) la gravedad de los dolores que habían leído. Y aquí vino la sorpresa: Aquellos que tomaron acetaminofén clasificaron con menos gravedad el dolor de las personas de las historias, contrario a los que no consumieron el medicamento.
En una segunda prueba, fueron «torturados» con sonidos de explosiones. Y los resultados fueron similares.
Los investigadores aún no han encontrado por qué el acetaminofén disminuye la empatía, según reconoce Baldwin Way, uno de los autores: «No sabemos por qué el paracetamol está teniendo estos efectos, pero es preocupante».
Otra investigación realizada anteriormente por Way y sus colegas concluyó que el paracetamol también embota emociones positivas como la alegría. Y no solo eso, también influye negativamente a la hora de tomar decisiones difíciles.