Aaron Stein es un hombre de 36 años residente de Pennsylvania que espera sentencia para el próximo 31 de mayo por asaltar un banco con una falsa bomba hecha de cables telefónicos, cinta adhesiva y un juguete sexual.
Lo peor del caso es que el acusado es abogado. Sin embargo, al enterarse que 9 mil dólares que tenía contemplados para su luna de miel habían desaparecido, optó por convertirse en delincuente.
El hombre se puso una máscara de Iron Man, tomó la falsa bomba y se dirigió al banco de Crafton, al oeste de Pittsburgh, donde amenazó a los cajeros con hacerla estallar.
Para su mala suerte, las autoridades llegaron a tiempo para detener el asalto y ahora está acusado de robo, agresión agravada y amenaza de bomba, por lo que le fue revocada la fianza.