Kim Kardashian se comerá su placenta, otra vez. Y es que está segura de que este proceso le ayuda a contrarrestar la depresión posparto.
Así como lo hizo luego de dar a luz a North West, la socialité sometió la materia orgánica que hasta hace un par de semanas formaba parte de su cuerpo a una liofilización (un proceso de deshidratación por frío) para convertirla en píldoras y poderla consumir.
Así lo dio a conocer a través de su cuenta de Twitter y aclaró que el hecho de consumir la propia placenta no consiste en freírla como un filete y comérsela (que algunas personas lo hacen, por cierto).
Con base en su primera experiencia de consumo de placenta, Kardashian relató que tuve grandiosos resultados, me sentí llena de energía y no tuve ningún signo de depresión. Definitivamente tuve que hacerlo de nuevo. Cada vez que tomo una píldora siento un impulso de energía, me siento saludable y bien, dijo la esposa de Kanye West y no dudó en recomendar el tratamiento para cualquier persona que lo esté considerando.
Es muy probable que Kim no vuelva a comprometerse con otro periodo de gestación por dos razones principales. La primera es lo poco que disfrutó de este segundo embarazo, evidencia de ello son las declaraciones que hizo sobre su estado en los meses pasados, como cuando declaró que se sentía «como una ballena».
La segunda razón es que, de acuerdo con el portal Mirror, los médicos le han recomendado abstenerse de un tercer embarazo ya que podría sufrir de «placenta accreta», un fenómeno en el que la placenta se adhiere de sobremanera al útero y puede causar un severo sangrado y parto prematuro.