Por extraño que parezca, no siempre tiene que existir el sexo para llegar al orgasmo. Esto queda demostrado gracias a un estudio de la Universidad de Rutgers, (Nueva Jersey), donde se comprobó que el estímulo del cerebro basta para alcanzar el clímax.
Según este estudio, durante el clímax tiene lugar un descenso del flujo sanguíneo del área orbitofrontal del lado izquierdo del cerebro, además de una activación de la ínsula, una zona relacionada con el procesamiento de sensaciones corporales.
Por ello, el orgasmo se puede producir de estas formas… sin que necesariamente haya habido una relación sexual:
Al dormir:
Seguro que no es la primera vez que teniendo un sueño erótico has notado un fuerte orgasmo sin que necesariamente tu órgano sexual haya sido estimulado. En este caso, el orgamo provocado por contracciones involuntarias de la musculatura peripelviana se alcanza durante las fases REM del sueño (comienza 90 minutos después de dormirnos)
Con fricción:
Hay quien tiene una facilidad pasmosa para tener un orgasmo en cualquier lugar. Son normales en el metro, en un autobús o en la propia mesa de trabajo, provocados generalmente por el roce continuado de los muslos entre sí.
Con hipnosis erótica:
La hipnosis se ha demostrado útil para muchas cosas, y entre ellas para alcanzar un orgasmo. La denominada ‘hipnosis erótica’ se ofrece como terapia para tratar ciertas disfunciones sexuales. La técnica consiste básicamente en hipnotizar a los pacientes para acceder a su subconsciente y narrarles un relato erótico con el fin de hacerle alcanzar el orgasmo.
Comiendo chocolate:
Es mucho más complicado alcanzar un orgasmo simplemente por comer chocolate, pero también se consigue. Esto es porque el chocolate es un alimento que libera endorfinas, lo que causa una sensación placentera que podría estar muy cercana al orgasmo, aunque realmente no sea tan fuerte.
Síndrome de excitación sexual permanente:
Aunque hay gente que siente cierta envidia por aquellas personas que pueden llegar a tener hasta 200 orgasmos diarios sin que se haya producido estímulo sexual alguno, lo cierto es que el Síndrome de excitación sexual permanente es un problema para quien lo padece. ¿Os imagináis esa cantidad de miniorgasmos? Lo único que se consigue es una sensación de cansancio extrema.
Agencias