Después de caer en manos de traficantes de personas en México, Karla Jacinto afirmó que fue violada 43.200 veces en un lapso de cuatro años. Según explicó, fue sometida sexualmente por hasta 30 hombres por día durante su interminable calvario.
Karla Jacinto reveló su historia desgarradora con la esperanza de crear conciencia sobre el tráfico de personas, que está destruyendo la vida de innumerables niñas de todo el mundo.
«Yo venía de una familia disfuncional. Fui abusada y maltratada desde que tenía cinco años por un pariente», reveló la mexicana a CNN.
A los 12, un hombre se le acercó en la calle, donde ella pasaba el tiempo con amigos. Con palabras amables, la engañó y ella pensó que había encontrado un amigo. Intercambiaron teléfonos y quedaron en verse.
Le dijo que era un vendedor de autos usados y fingió que él también había sido abusado. La relación creció y planearon ir juntos a la ciudad de Puebla.
«Cuando vi el coche no me lo podía creer. Me quedé muy impresionada porque era grande y lujoso. Fue muy emocionante para mí», relató el engaño Karla.
«Al siguiente día me fui con él. Viví con él tres meses y durante ese tiempo me trató muy bien. Él me amaba, me compraba ropa, me daba atención, me traía zapatos, flores, chocolates, todo era hermoso», dijo Karla.
Así comenzaron los terribles cuatro años que le tocó vivir. Aunque pudo escapar a los 16 años, la experiencia la marcará por el resto de su vida.
No pasó mucho tiempo para que el joven dijera a Karla que él y sus primos eran proxenetas. «Unos días después, me empezó a decir todo lo que tenía que hacer; las posiciones, qué tanto necesitaba cambiar, las cosas que tenía que hacer con los clientes y por cuánto tiempo, cómo tenía que tratarlos y cómo tenía que hablarles para que me dieran más dinero», narró.
Karla aclaró que quiere que su testimonio sirva de advertencia a otras niñas que pudieran ser víctimas de esta macabra red. «Estas menores están siendo secuestradas, atraídas y apartadas de sus familias. No sólo me escuchen a mí. Necesitan aprender de lo que me ocurrió a mí y quitarse la venda de los ojos».
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