El programador estadounidense Virgil Griffith, se propuso investigar la vinculación entre los gustos musicales de las personas y su rendimiento académico. ¿Pero puede el gusto definir la inteligencia de las personas?
Para ello, Griffith se tomó el trabajo de cruzar las calificaciones de los cursos de ingreso de las universidades de Estados Unidos con la música que publicaron y compartieron los estudiantes en la red social Facebook. Las conclusiones del estudio fueron publicadas bajo el nombreMusic That Makes You Dumb (Música que te vuelve estúpido).
Así que, aunque es cierto que la metodología de su trabajo no parece muy científica, Griffith concluyó que el rock (especialmente el interpretado por John Mayer y Pink Floyd) es el estilo de música que eligen las personas más inteligentes. Y que aquellos que brillaron en sus exámenes escuchan música clásica (principalmente a Ludwig van Beethoven).
Hip Hop y Reggaetón, identificado con los alumnos de peores desempeños.
Sobre gustos no hay nada escrito, reza el viejo dicho popular, que olvida, vaya a saber si por acción u omisión, el genial Ensayo para el gusto, que el filósofo francés Montesquieu escribió (aunque sin terminarlo) a principios del siglo XVIII.
Allí, el también político, argumentó que la exigencia de armonía y de simetría no emana sólo de una razón teórica ávida de introducir el orden por todas partes: a través de ese orden mismo, se produce una expansión del horizonte. El ojo contempla así un reino invisible a plena luz, un espectáculo en el cual nada puede permanecer oculto.