Pese a la persistente campaña de prevención y el creciente rechazo social en contra de los accidentes de tránsito en Nicaragua, el conductor Ernesto Alonso Mendieta de 31 años no escarmentó, acabando con la vida de un ciclista de 18 años y dejando a otro gravemente herido, mientras conducía totalmente embriagado al invadir el carril de las víctimas.
El funesto hecho ocurrió el 12 de marzo a la medianoche a la altura del kilómetro 56 de la Carretera a Masachapa, cuando la víctima Ariel Saúl Téllez y su acompañante Freddy Daniel Hernández fueron catapultados por el acusado, quien por conducir en estado de embriaguez, no solo acabó con una vida, sino que también del impacto desprendió completamente el brazo izquierdo del ahora occiso.
Ante la sala del tribunal, el señalado mostró sentimientos de arrepentimiento y aunque no lo expresó verbalmente en ningún momento, sus lágrimas corrieron por las mejillas, aunque ahora le sirva de poco, pues la juez consideró que en este hecho considerado como delito grave, se irrespetó el bien jurídico más protegido, la vida de una persona.
Ante una tragedia que se pudo haber evitado, si los conductores tomaran conciencia y acataran las leyes de tránsito, la doctora Indina Gallardo, juez noveno distrito penal de audiencia, recalcó el llamado de cero tolerancia para las personas que conducen de manera temeraria y bajos los efectos del alcohol.
La audiencia inicial quedó fechada para el día 27 de marzo a las 8:00 de la mañana.