El gobierno australiano acordó convocar un referéndum el 11 de febrero de 2017 para decidir si se legalizan los matrimonios entre personas del mismo sexo, sin contar aún con el consenso de la coalición gobernante ni la oposición laborista.
El gabinete del primer ministro, Malcolm Turnbull, aprobó preguntar a los australianos si «¿Debería cambiarse la ley para permitir que parejas del mismo sexo contraigan matrimonio?», según la cadena ABC.
La propuesta, que incluye destinar 7,5 millones de dólares locales (5,6 millones de dólares) a las campañas del sí y del no, será sometida hoy al partido, donde sectores a favor de la legalización considera contraproducente financiar las campañas con dinero público.
La celebración del referéndum, además, dependerá de la aprobación de la legislación necesaria en el Parlamento por parte de la oposición laborista, que aboga por legalizar estas uniones sin someterlas a una votación que creen que podría alentar la homofobia.
Australia, que acepta la unión civil en varios de sus estados, ha recibido críticas de varias organizaciones por su lentitud en la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo.
En diciembre de 2013, el Tribunal Superior anuló una ley que permitía estas bodas en el Territorio de la Capital Australiana por considerar que contravenía la Ley Federal de Matrimonios de 1961.
También han fracasado propuestas legislativas similares en el estado de Tasmania y en Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney.