Miles de personas participaron el lunes en una procesión católica en el centro de Bolivia en honor de la Virgen María de Urkupiña, la mayor fiesta religiosa del país.
La imagen de la virgen fue llevada en andas por las calles de Quillacollo, a 220 kilómetros al sudeste de La Paz. Sacerdotes y políticos, entre ellos el vicepresidente Álvaro García, encabezaron el desfile religioso que fue secundado por fieles llegados de diversas regiones del país.
Según la tradición católica, la Virgen María se apareció a una niña pastora hacia el año 1.700 cerca de una vertiente en la que ahora se alza en templo, a unos 18 kilómetros de la plaza donde se realiza la procesión.
La festividad comenzó la víspera con la actuación de miles de músicos y bailarines folclóricos que tomaron la ciudad por casi 20 horas. El lunes las calles seguían saturadas de peregrinos y vendedores callejeros.
La celebración concluirá el martes con una procesión al calvario donde se cree que apareció la virgen. Creyentes y devotos arrancan piedras del cerro y le hacen peticiones con la convicción de que sus deseos serán cumplidos.
