Los gobernantes de las naciones del G-7 se sentaron el jueves en una gran mesa redonda en Japón para unas conversaciones que comenzarán con un énfasis en qué hacer para reactivar la renqueante economía mundial.
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, tenía previsto hacer hincapié en el liderazgo del G-7, instando a sus colegas del grupo de las naciones más industrializadas del mundo a «ofrecer un potente mensaje» sobre la necesidad de que se haga más para fomentar el crecimiento, según las autoridades japonesas.
Los anfitriones de la cumbre esperaban describir esa iniciativa como el «principio de Ise-Shima», en referencia a la región de Ise-Shima donde se celebra la cumbre.
«Hay una preocupación de que la economía floja pueda durar un tiempo. Abe espera compartir una idea común sobre los riesgos potenciales», indicó Hiroshige Seko, subsecretario de gabinete.