La dieta mediterránea lleva años asociada a una gran cantidad de beneficios para la salud. Entre ellos una menor incidencia de demencia. Ahora investigadores de la Universidad de Temple han identificado un ingrediente específico de esta dieta que protege contra el deterioro cognitivo: el aceite de oliva virgen extra.
Los científicos, liderados por Domenico Praticò, señalan que el consumo de aceite de oliva virgen extra protege la memoria y la capacidad de aprendizaje y reduce la formación de placas beta-amiloideas y ovillos neurofibrilares (conjunto anormal de proteínas) en el cerebro.
El estudio, publicado en Annals of Clinical and Translational Neurology, analizó dos grupos de ratones transgénicos conocidos como triple modelo transgénico ya que los animales desarrollan tres características clave del Alzheimer: deterioro de la memoria, placas amiloides y ovillos neurofibrilares.
Los investigadores dividieron a los animales en dos grupos, uno recibió una dieta de pienso enriquecida con aceite de oliva extra virgen y el otro solo la dieta convencional de pienso. El aceite de oliva se introdujo en la dieta cuando los ratones tenían seis meses de edad, antes de que los síntomas de la enfermedad de Alzheimer empiecen a emerger en el modelo animal.
“Hemos descubierto – explica Praticó en un comunicado – que el aceite de oliva reduce la inflamación del cerebro, pero lo más importante es que activa un proceso conocido como autofagia, es el proceso por el cual las células descomponen y limpian los residuos intracelulares y las toxinas”.
A los 9 meses y 12 meses, los ratones de la dieta enriquecida con aceite de oliva obtuvieron resultados significativamente mejores en las pruebas diseñadas para evaluar la memoria de trabajo, la memoria espacial y las habilidades de aprendizaje.
“Las células cerebrales de los ratones alimentados con dietas enriquecidas con aceite de oliva virgen extra – continúa Praticó – tenían niveles más altos de autofagia y niveles reducidos de placas amiloides y tau fosforilados, la sustancia responsable de los ovillos neurofibrilares”.
Los estudios del tejido cerebral de ambos grupos de ratones revelaron diferencias dramáticas en la apariencia y función de las células nerviosas.
“Algo que destacó inmediatamente – señala Praticó – fue la integridad de las conexiones entre las neuronas, conocidas como sinapsis, se conservaron en los animales en la dieta de aceite de oliva. Este es un hallazgo emocionante para nosotros. Gracias a la activación de la autofagia, la memoria y la integridad sináptica se conservaron, y los efectos patológicos en animales destinados a desarrollar la enfermedad de Alzheimer se redujeron significativamente. Es un descubrimiento muy importante, ya que sospechamos que una reducción en la autofagia marca el inicio de la enfermedad de Alzheimer”.
El próximo paso es investigar los efectos de la introducción del aceite de oliva en la dieta de estos ratones modificados genéticamente a los 12 meses de edad, cuando ya han desarrollado placas y ovillos neurofibrilares. “Queremos saber si el aceite de oliva añadido en un momento posterior de la dieta puede detener o revertir la enfermedad”, concluye Praticó.