La mayoría de personas están cada día más ligadas al internet, principalmente a las redes sociales. Están atrapadas y se ha convertido casi en una adicción. Jóvenes, niños, adultos de Nicaragua sin importar su sexo están interactuando con el mundo a través de las redes, pero a la vez se exponen a muchos peligros.
En las redes se puede encontrar grupos secretos y videojuegos macabros, personajes ficticios que instan a los adolescentes a convertirse en sus agentes cometiendo delitos.
En Estados Unidos, por jugar Slender Man dos niñas acuchillaron 19 veces a su amiguita.
En Europa el juego de La Ballena Azul que manipula a los usuarios a cumplir 50 retos ha cobrado la vida de 150 adolescentes..En Brasil se registran 6 muertos por suicidio. Uno de los desafíos de este juego en Facebook es ver películas de terror durante 24 horas sin parar y dibujarse una ballena en el brazo con un cuchillo, subirse a un edificio y finalmente los insta a quitarse la vida.
Nicaragua no está lejos de ésta realidad. Niños confiesan que han interactuado con este tipo de juegos y muestran cambios de conducta.
Doña Ivhet Ruíz nunca imaginó que su hija Jessenia Hernádez fuese víctima de un grupo desconocido en Facebook. Legión Holk un grupo al que ella pertenecía, cuenta que pasaba mucho tiempo con el celular, se encerraba en su cuarto y pasaba muchas horas en las redes sociales, hasta sin comer, pero nunca sospechó que algo no estaba bien.
Ella comparte esta triste y desgarradora historia para que otras jovencitas no permitan que las redes las dominen y para que las madres estén más pendientes de sus hijos.
Las amistades influyen y el no tener dominio propio puede arrastrar a las personas en situaciones peligrosas, ante inescrupulosos que dominan la mente de las personas a través de juegos o grupos desconocidos en línea.
Los suicidios sólo reflejan que existe un descuido y poca restricción al uso de teléfonos, tablet o computadoras en manos de personas vulnerables a la manipulación.
Los expertos identifican que muchas veces los padres en busca de un momento de aparente tranquilidad, inducen a sus hijos a sumergirse en el mundo del internet facilitándoles un celular o tablet sin ningún tipo de restricción convirtiéndose en un peligro que aún muchos no logran dimensionar.
