Islamabad, 3 abr (EFE).- Cientos de personas protestaron hoy por segundo día por la muerte y mutilación de una niña de siete años en la ciudad de Jaranwala, en el este de Pakistán, país que hace tres meses quedó conmocionado por el fallecimiento y violación de otra menor de similar edad.
El jefe de la comisaria de Jaranwala, Mohamed Abid, indicó a Efe que durante parte del día la localidad ha estado paralizada en protesta por la supuesta inacción de las fuerzas policiales tras la aparición el domingo del cadáver de una niña mutilada.
"Ahora la situación es normal", afirmó Abid, quien afirmó que no se han producido actos de vandalismo graves en la segunda jornada de protestas, que en el primer día fueron menores a las de hoy.
Shehr Yar, comisionado adjunto de la ciudad, dijo a Efe que en las protestas participaron cientos de personas, y que en ellas se quemaron neumáticos de coche, y los manifestantes gritaron que la niña había sido violada.
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Mubashra Afzal, de siete años, apareció en la tarde del domingo en un campo de trigo cercano a su casa con graves heridas y mutilada seis horas después de desaparecer.
"Le faltaba una pierna y tenía múltiples heridas en el cuerpo, que podrían ser mordiscos de un animal", afirmó Yar.
Another little daughter of Pakistan has been raped and mudered…Every Pakistani should condemn and raise his voice against such brutality…..
RIP MUBASHIRA…??#jaranwala#justiceforMubashira#raiseyourvoice#DunyaNews#AajNews#AryNews#ExpressNews pic.twitter.com/gHLoAJfGCn— Muhammad Abdullah (@I_Am_Abdullah05) April 2, 2018
El comisionado afirmó que el análisis que se realizó ayer al cuerpo de la pequeña no ha corroborado abusos sexuales y que se esperan los resultados de un examen forense, que se realizará en Lahore, capital de la provincia del Punyab, donde se encuentra Jaranwala.
La violación y asesinato en enero de una niña en la ciudad de Kasur, también en Punyab, desató una ola de protestas violentas en las que murieron dos personas, y manifestaciones en varias partes del país.
El 23 de enero, se anunció la detención del asesino, quien confesó la violación de otras ocho niñas y el asesinato de siete y fue condenado por un tribunal en febrero a cuatro penas de muerte y una cadena perpetua.
Kasur ya había sido el centro de un escándalo de pederastia en 2015, cuando se descubrió que al menos 19 niños fueron grabados en vídeo y fotografiados por una red formada por 17 personas, dos de ellas condenadas a cadena perpetua en 2016 y otra a la misma pena este marzo.
Pakistán registró al menos 17.862 casos de abuso sexual a menores entre 2013 y 2017, según un informe del Ministerio de Derechos Humanos elaborado junto a la ONG Sahil.