Ciudad del Vaticano, 15 feb (EFE).- El papa Francisco desveló que dedica habitualmente los viernes, "aunque a veces se sabe y otras veces no", a encontrarse con víctimas de abusos por parte del clero.
Francisco hizo esta revelación durante una conversación con jesuitas en su reciente viaje a Chile, de la que se publican hoy algunos pasajes en el diario Corriere della Sera.
Los casos de pederastia son "la desolación más grande que la Iglesia está sufriendo. Esto nos empuja a la vergüenza. La vergüenza es una gracia muy 'ignaciana' (de Ignacio de Loyola) y por tanto tomémoslo como una gracia y avergonzémonos profundamente", dijo.
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La conversación del papa se publicará en el próximo número de la revista de la Compañía de Jesús, "Civilta Católica" y el director de la misma, Antonio Spadaro, publicó hoy algunos pasajes en el Corriere della Sera.
El papa rememoró ante los jesuitas que un 24 de marzo en Buenos Aires, cuando se recuerdan a los desaparecidos de la dictadura en la Plaza de Mayo, al cruzar la calle oyó a unos padres que decían a su hijo, de unos dos o tres años, "ten cuidado con el pederasta".
"Qué vergüenza sentí. No se dieron cuenta que era el arzobispo, pero yo era un sacerdote y qué vergüenza sentí", explicó.
Señaló que a veces se recuerda, "como si fuera un premio de consolación", que el 70 % de los casos de pederastia son en el ámbito familiar, luego en piscinas y gimnasios y el porcentaje en la Iglesia es del 2 %, pero que "es terrible aunque fuera solo uno de estos hermanos".
"Dios lo ha ungido para santificar a niños y grandes y él los ha destruido", lamentó.
"Es horrible. Hay que escuchar lo que prueba un abusado o abusada (…) Su proceso es durísimo, Se quedan aniquilados", explicó y entonces desveló que los viernes, aunque a veces se sabe y otras veces no, se encuentra habitualmente con víctimas de abusos por parte del clero.
Para Francisco, estos casos son "una gran humillación para la Iglesia" y añadió: "Muestran no solo nuestra fragilidad, sino también, digámoslo claramente, nuestro nivel de hipocresía".
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"Es curioso que el fenómeno de los abusos ha tocado algunas de nuestras congregaciones nuevas y prosperas. Allí los abusos están siempre vinculados al poder", aseveró.
Para Jorge Bergoglio hay tres niveles de abusos que siempre van juntos: "el abuso de autoridad, el abuso sexual, y los enredos económicos porque el dinero siempre está en medio. El diablo entra por el bolsillo".
En esta conversación también el pontífice argentino desveló que, por su "salud mental", conoce pero no lee a los grupos opositores que le acusan de herejía, durante la conversación con los jesuitas que encontró durante su viaje a Chile el pasado enero.
"Por salud mental yo no leo la páginas de Internet de la llamada resistencia. Sé quienes son, conozco los grupos, pero no los leo, simplemente por mi salud mental. Si hay algo serio, me informan para que lo sepa. Es un disgusto, pero hay que seguir adelante", dijo.