Dacca, 12 dic (EFE).- La Policía de Bangladesh interrogó hoy en Dacca a la mujer y a los suegros del joven de origen bangladeshí Akayed Ullah, autor del atentado con bomba ayer en la principal estación de autobuses de Nueva York que causó cinco heridos.
"Los trajimos para interrogarlos, aunque luego fueron liberados. Han regresado a su casa", dijo a Efe el subcomisario de la unidad de contraterrorismo de la Policía de Bangladesh, Saiful Islam.
En la casa, localizada en el sur de Dacca, viven cinco miembros de la familia de Ullah: sus suegros, su mujer, su bebé, un cuñado y otro pariente, explicó a Efe Tofazzal Hossain, portero desde el pasado agosto del edificio donde viven, situado en el sur de Dacca.
"Él también vino aquí durante el último Eid ul-Adha para ver a su bebé", dijo Hossain en relación al viaje que realizó Ullah a Bangladesh el pasado septiembre con motivo de la fiesta musulmana del sacrificio.
"Me lo encontré muchas veces. Solía hablar muy poco", comentó el portero.
Una portavoz de la Policía de Bangladesh, Soheli Ferdous, había revelado previamente a Efe que el joven de 27 años había estado en el país el 8 de septiembre, aunque dijo desconocer los motivos de la visita.
Además, Ferdous anotó que no encontraron "ningún antecedente criminal" de Ullah y subrayó que si se produjo un proceso de radicalización del joven, éste "no sucedió en Bangladesh".
Ullah, que se encuentra entre los heridos en la explosión, detonó el artefacto casero en un túnel que conecta la terminal de autobuses de la Autoridad del Puerto de Nueva York con el metro suburbano de la plaza de Times Square.
Según el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Ullah se habría radicalizado gracias a los mensajes divulgados en internet por el grupo terrorista Estado Islámico (EI), mientras que la Casa Blanca anotó que el joven pudo entrar en el país en febrero de 2011 gracias a un visado de reagrupación familiar.
A Bangladesh, país de mayoría musulmana, se le ha adjudicado tradicionalmente la etiqueta de moderado, aunque las alarmas del radicalismo se han disparado desde 2013 tras una serie de atentados que han causado más de 70 muertos, fundamentalmente blogueros, intelectuales, extranjeros y miembros de minorías religiosas.
El más impactante de todos esos crímenes fue el asesinato a machetazos de 22 personas, en su mayoría extranjeros, en el asalto a un restaurante de la acomodada zona diplomática de Dacca en junio del año pasado perpetrado por un comando leal al yihadista EI.