Ginebra, 17 ago (EFE).- Las catástrofes naturales y los desastres causados por el ser humano generaron pérdidas por 44.000 millones de dólares (37.493 millones de euros) globalmente en el primer semestre de 2017, menos que los 117.000 millones de dólares (99.697 millones de euros) del mismo periodo del año anterior.
Los cálculos preliminares publicados hoy por la reaseguradora Swiss Re en su informe "Sigma" indican una reducción en los costes debido a "menos y menos intensos acontecimientos".
Una serie de graves tormentas en EEUU provocaron las mayores pérdidas en la primera mitad del año.
A nivel mundial perdieron la vida o desaparecieron en torno a 4.400 personas por desastres naturales, frente a 4.800 en los primeros seis meses de 2016.
Swiss Re afirma que estas cifras son relativamente bajas en comparación con otros años, pero advierte de que la tasa aún puede aumentar porque no incluye a las víctimas de la ola de calor en junio en Europa.
Los 44.000 millones de dólares en pérdidas se sitúan muy por debajo de la media de 120.000 millones de dólares (102.254 millones de euros) en el primer semestre durante los últimos diez años.
Del monto total de pérdidas, las catástrofes naturales supusieron 41.000 millones de dólares (34.937 millones de euros) en la primera mitad de este año, en comparación con los 110.000 millones de dólares (93.733 millones de euros) en el mismo periodo del año precedente, según Swiss Re.
Los restantes 3.000 millones de dólares (2.556 millones de euros) fueron de desastres provocados por el ser humano.
Del total de pérdidas registradas por desastres y catástrofes entre enero y junio de este año 23.000 millones de dólares (19.598 millones de euros) estaban cubiertos por seguros, lo que supone menos que los 36.000 millones de dólares (30.676 millones de euros) asegurados en el primer semestre de 2016.
Las pérdidas aseguradas por catástrofes naturales ascendieron a 20.000 millones de dólares (17.042 millones de euros) entre enero y junio frente a los 30.000 millones (25.563 millones de euros) del año anterior.
El resto -3.000 millones de dólares (2.556 millones de euros)- fueron costes asegurados por desastres provocados, la mitad que en el mismo periodo de 2016.
En EEUU cuatro tormentas graves entre febrero a mayo causaron cada una pérdidas de más de 1.000 millones de dólares (852 millones de euros).
El desastre natural más costoso resultó ser una tormenta que duró cuatro días en mayo y generó costes por 2.200 millones de dólares (1.875 millones de euros), siendo las pérdidas aseguradas de 1.900 millones de dólares (1.619 millones de euros).
Otra serie de tormentas más pequeñas en la primera mitad del año en EEUU provocaron costes asegurados de 16.000 millones de dólares (13.634 millones de euros).
Fuera de EEUU el desastre natural más costoso fue el ciclón Debbie, que impactó en la costa noreste de Australia a finales de marzo y provocó pérdidas aseguradas por 1.300 millones de dólares (1.108 millones de euros).
Otros "eventos" naturales fueron las inundaciones en Perú y los daños asociados a la grave helada a finales de la primavera en el sureste de EEUU y en Europa.