El Consejo de Seguridad de la ONU abrió este viernes una reunión de emergencia para discutir el ataque con misiles de Estados Unidos contra Siria en retaliación a un presunto ataque con armas químicas.
La reunión fue solicitada por Bolivia, que consideró una violación de las leyes internacionales el lanzamiento por Estados Unidos de unos sesenta misiles contra una base aérea en Siria.
Rusia, miembro permanente del Consejo, también pidió la reunión tras lanzar una iracunda denuncia contra la acción militar, calificándola de "agresión contra un estado soberano".
El presidente estadounidense Donald Trump ordenó el jueves el bombardeo en respuesta a un supuesto ataque químico del que responsabilizó al régimen de Bashar al Asad, que dejó 86 muertos -incluidos una veintena de niños- y al que calificó de "bárbaro".
El ataque de EEUU -su primera acción militar directa contra Siria– constituye una dramática escalada en el involucramiento de Washington en la guerra civil siria que lleva seis años.
El Consejo de Seguridad fracasó el jueves -una vez más- en acordar los términos de una investigación del ataque químico en la ciudad de Jan Sheijun.
La sesión de este viernes servirá para informarse del ataque estadounidense, dijo la misión de Washington ante la ONU, que este mes ostenta la presidencia del Consejo.
Poco antes de que se iniciara el encuentro, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió volver a la calma.
"Consciente del riesgo de escalada, llamo a la moderación para evitar todo acto que aumente el sufrimiento del pueblo sirio", declaró en un comunicado.
El embajador ruso adjunto, Vladimir Safronkov, advirtió el jueves de las "consecuencias negativas" de la acción militar de Estados Unidos, la que describió como "empresa tan trágica y dudosa".
"Miren a Irak, miren a Libia", dijo, aludiendo a las intervenciones militares de occidente que dejaron caos.
Al menos 27 niños murieron en el supuesto ataque químico en Jan Sheijun. Los análisis forenses de las víctimas refieren a un exposición al gas neurotéxico sarín, según funcionarios de salud turcos.