Ni siquiera se ha estrenado pero la nueva película de Disney, «Moana«, crea polémica en el Pacífico, donde el mítico estudio de animación es acusado de desprecio y saqueo cultural.
La película de animación dirigida por John Musker y Ron Clements, cuyo título original en inglés es «Moana» y que en otros países se titulará «Vaiana», cuenta la historia de una intrépida adolescente de 16 años.
Hasta ahí todo va bien, salvo porque en su periplo la protagonista está acompañada por Maui, una figura legendaria de la mitología de varias culturas del Pacífico. Su representación y su explotación comercial por Disney ha provocado indignación.
En poco tiempo el estudio ha hecho frente a una serie de polémicas, la última por un disfraz de Halloween del «semidios» que tuvo que ser retirado del mercado por críticas de que era una representación racista.
En junio cuando fueron difundidas las primeras imágenes de Maui, éstas ya habían causado molestia en la Polinesia. Su representación como una figura corpulenta fue percibido como cliché en una región, donde la obesidad es un problema de salud pública.
La última gota que colmó el vaso fue la tentativa de Disney de lucrar con una figura mitológica que algunas culturas consideran que es un «ancestro».
El disfraz de cuerpo entero incluye la piel bronceada y tatuada del ser legendario, vestido con un taparrabos de hojas y adornado con un collar que imita los huesos de tiburón.
Ahí el estudio tocó una fibra sensible.
– Disney fue demasiado lejos –
En la cultura del Polinesia, los tatuajes cuentan una historia personal. Si reproducir estas intimidades es considerado una falta de respeto, hacerlo con fines comerciales ya es un insulto.
Muchos habitantes de las islas del Pacífico critican la búsqueda de beneficios de Disney fue demasiado lejos y que roza la codicia y el mal gusto.
Para Marama Fox, dirigente del Partido Maoista de Nueva Zelanda, el grupo estadounidense busca «hacer dinero gracias a la historia y a las creencias de otros».
«Es lo mismo que imprimir la imagen de uno de nuestros ancestros en una cortina de ducha o en una botella de cerveza», dijo Fairfax Media.
Algunas voces en internet denunciaron que este disfraz de piel bronceada era equivalente a las caricaturas teatrales que hacían los blancos con la cara pintada de los negros en Estados Unidos.
La comisión de Derechos Humanos de Nueva Zelanda se pronunció en el portal de información stuff.co.nz tras las críticas.
«Esperamos que Disney comprenda las opiniones de las comunidades y de los pueblos que caracteriza en la película«, indicó la comisión.
En medio de las críticas, hay algunos partidarios de la película. La periodista neozelandesa de origen samoana Madeleine Chapman, es uno de ellos.
«Después de años de ver en los cumpleaños a pequeños ‘Spiderman’ samoanos y a ‘Batman’ bronceados, ¿sería verdaderamente poco creíble ver a niños blancos disfrazados de héroes polinésicos?», escribió en la página thespinoff.co.nz.
El jueves, Disney decidió dar pie atrás.
«El equipo de ‘Moana‘ se tomó mucho cuidado a la hora de respetar las culturas de las islas del Pacífico en las que se inspira la película y lamentamos que el disfraz de Maui haya podido ser ofensivo», dijo el grupo en un comunicado.
«Les presentamos nuestras sinceras disculpas y retiramos el disfraz de nuestras tiendas», indicó el estudio.
En el festival de cine de animación de Annecy, en el mes de junio, John Musker y Ron Clements se habían mostrado muy abiertos hacia la cultura del Pacífico.
Para preparar la película e impregnarse de la cultura local, los dos autores y sus equipos efectuaron largos viajes en las islas del Pacífico, donde se reunieron con antropólogos.
«Estos viajes modificaron completamente nuestra percepción de la historia que deseamos contar», contó John Musker. «Queríamos contar lo que pasó allí hace 3.000 años. Los maoris eran muy buenos navegantes que se movían en el mar por instinto. Lograron conectar los océanos».