El Festival de Cerveza Artesanal SJDS fue una verdadera experiencia para todos los que somos amantes de esta bebida, ya que con una variedad de tipos y sabores «cocinados» acá en Nicaragua se pudo percibir todas las bondades que posee la cerveza. Además sirvió para abrir el paladar y experimentar otros gustos que van más allá de lo popular y comercial.
El evento se llevó a cabo el sábado 13 de agosto en la Avenida Mercado de San Juan del Sur, municipio de Rivas, en donde en punto de las 3 de la tarde ya estaban las 6 cervecerías nacionales listas con sus toldos y muchos litros de deliciosa cerveza para ofrecer a todos los visitantes.
En la entrada te ponían un brazalete y entregaban 18 cupones, los cuales servían para ir a solicitar cualquier tipo de cerveza de cada uno de los stands cerveceros. Fue curioso el envase que entregaban a cada visitante para realizar las pruebas de la bebida, ya que era un pequeño tarro de vidrio, el cual resultó ser suficiente porque la mayoría de estas cervezas tenían más de 5% de nivel de alcohol, algo que sobrepasa a las cervezas que usualmente se consumen en el país.
Moropotente, La Pinolera, La Porteña, Erdmann’s, Campo y Compañía Cervecera San Juan del Sur fueron las cervecerías que estaban participando en este bonito evento, realizado con apoyo de TN8 Musical, en donde el ritmo lo puso DJ Henry Green de Rock FM con una rica mezcla de ska, rock en español y otras fusiones aptas para disfrutar bajo el sol y el ambiente playero que se podía sentir en el lugar.
Cabe señalar que en su mayoría los visitantes de este lugar eran extranjeros, en otras palabras y a como decimos acá, varios cheles y chelas, quienes andan de vacaciones en nuestra bella tierra y que salieron más que satisfechos al conocer que Nicaragua también tiene productores de muy buena cerveza artesanal.
Y hablando meramente de las cervezas, debo admitir que salí extasiado con tantos tipos de sabores y procesos de fabricación de la misma, con ingredientes que iban desde avena, trigo o coco, hasta otros mucho más llamativos como zacate de limón o té de jamaica. Con esto quiero decir que habían gustos livianos hasta otros mucho más pesados y con grados de alcohol que llegaban hasta 8.4%, en donde se sentía «la patada», a como se dice popularmente.
Mientras iba bajando el sol el ambiente se puso mejor, un poco más fresco o quizás el mismo efecto etílico producía esa sensación, pero también se podía ver a mayor cantidad de gente y a la vez más suelta, con las caras enrojecidas y sonrisas en sus rostros. ¡Qué bonito lo que nos deja la cerveza!. La música también se disfrutaba mejor, con personas que cerca de la tarima se ponían a bailar un poco del funk que también sonaba el DJ.
Ya entrando la noche el buen ambiente musical continuaba con la banda Los Traductores que pusieron muchos a seguir danzando con sus sabrosos ritmos, algunos con sus tarritos, vasos o botellas de la maravillosa cerveza que fluía en todo este festival.
En conclusión, el evento fue un éxito tanto para los organizadores como para el público, quienes se vieron conectados con estos cocineros de cerveza artesanal y con expectativas de seguir probando una bebida diferente, refrescante y a final de cuentas, original.