Roma, 14 dic (EFE).- El Parlamento italiano aprobó hoy la ley del testamento vital, que permite a una persona indicar anticipadamente los tratamientos a seguir o rechazar en caso de incapacidad, pese a las críticas de la derecha, que teme que abra la vía a la eutanasia.
El proyecto de ley fue aprobado definitivamente en el Senado por 180 votos a favor, 71 en contra y 6 abstenciones, gracias al respaldo del gubernamental Partido Demócrata (PD, centroizquierda) y del Movimiento Cinco Estrellas (M5S).
De este modo el "testamento vital" se convierte en ley en Italia a pesar de las cuantiosos recelos que ha suscitado en los sectores más conservadores de los partidos, que han interpuesto miles de enmiendas en un -vano- intento de bloquear su tramitación.
Ahora los italianos podrán disponer de un testamento vinculante con el que, ante la posibilidad de incapacidad por enfermedad, renunciar a los tratamientos paliativos como la alimentación e hidratación artificial, evitando así el ensañamiento terapéutico.
En concreto establece las "disposiciones anticipadas de terapia" (DAT), con las que cualquier mayor de edad, en plena capacidad de entendimiento y ante una eventual incapacidad, podrá dejar aclaradas sus preferencias en lo que al tratamiento a seguir se refiere.
Las DAT, que podrán ser revocadas por el interesado, son vinculantes para los médicos y la familia, que no estarán sujetos a responsabilidades penales por la muerte de un paciente que se niegue a seguir un tratamiento al final de su vida.
Estas disposiciones deberán ser firmadas ante notario y en caso de que el enfermo sea incapaz de dejarlas por escrito por su precaria situación física, podrá hacerlo en formato de audio.
La ley también afecta a los menores y el consenso al testamento vital será ejercitado por los padres o tutores, "teniendo en cuenta la voluntad" del afectado.
Su aprobación fue recibida con emoción y entre aplausos por parte de muchos legisladores, pero otros tantos, procedentes de la oposición conservadora, expresaron su total rechazo a un texto que, según advirtieron, abre la vía a la despenalización de la eutanasia.
Así lo manifestó entre otros el presidente de IDEA, Gaetano Quagliariello, quien avanzó que tras las elecciones generales de 2018 una "mayoría de centroderecha pondrá remedio a estas grandes equivocaciones".
También desde la xenófoba Liga Norte se votó en contra, no porque no sean partidarios de legislar en este ámbito sino por considerar el texto "una chapuza y un preludio a la eutanasia", según su portavoz en el Senado, Gian Marco Centinaio.
En la Forza Italia de Silvio Berlusconi se concedió la libertad de conciencia a sus legisladores, pero el partido expresó su rechazo a esta ley, que "cuenta con miles de imprecisiones" y "provocará un caos brutal", según denunció el senador Maurizio Gaspar.
Por contra, los promotores o defensores de este controvertido texto estallaron en júbilo tras la aprobación de "esta elección de civismo" con la que se da "un paso adelante por la dignidad de la persona", como celebró el primer ministro, Paolo Gentiloni.
La presidenta de la Cámara de los Diputados, Laura Boldrini, dijo que "de ahora en adelante los enfermos, sus familias y los médicos estarán menos solos ante situaciones dramáticas".
Especial emoción se vivió en el Partido Radical y la Asociación "Luca Coscioni", que se manifestaron ante el Parlamento con pancartas en las que se leía "Por la libertad de elegir en el inicio y el fin de la vida" y pidiendo ya la legalización de la eutanasia.
La secretaria y el tesorero de la asociación, Filomena Gallo y Marco Cappato, dijeron que el objetivo ahora es despenalizar la eutanasia y acabar con "la tortura" del ensañamiento terapéutico.
Desde el M5S se celebró lo que consideraron "el día de la responsabilidad", una jornada en la que "el Parlamento de esta aberrante legislatura recupera el mérito y el orgullo de haber otorgado una página de civismo a su país".
La tramitación de esta nueva ley, que llega "in extremis" antes de que concluya oficialmente la legislatura, se ha producido de modo paralelo al caso del DJ Fabiano Antoniani, tétrapléjico y ciego y que el pasado febrero se sometió a un suicidio asistido en Suiza.
Incapaz de valerse por sí mismo, fue acompañado a la clínica por Cappato, presidente de la asociación radical y que está siendo juzgado ante el Tribunal de Milán por estos hechos, que conmocionaron a la opinión pública italiana y reabrieron el debate durante meses.