Lisboa, 22 jun (EFE).- Con el fuego que ha destruido miles de hectáreas en el centro de Portugal bajo control, el país empieza a evaluar los daños mientras se aviva el debate sobre las causas y responsabilidades de la mayor tragedia de su historia reciente.
A primera hora de hoy, las autoridades daban por controlado el fuego en Góis, el último foco que permanecía activo del devastador incendio desatado el pasado sábado y que dejó 64 víctimas mortales y 254 heridos, según el último balance provisional.
El operativo desplegado para combatir las llamas se mantiene sobre el terreno ante el riesgo de que el fuego pueda reactivarse en una zona en la que una treintena de aldeas tuvo que ser evacuada.
Con la situación más tranquila en el centro del país, en Lisboa se cuestionan las posibles causas del mortífero fuego y las responsabilidades que acarrea la tragedia.
La Fiscalía portuguesa confirmó a Efe que ha abierto una investigación para aclarar "las causas y consecuencias del incendio", proceso que se encuentra "bajo secreto" judicial.
La primera tesis de la Policía Judicial, comunicada el domingo, era que el fuego había sido provocado por el impacto de un rayo en un árbol seco, pero el presidente de la Liga de los Bomberos de Portugal, Jaime Marta Soares, se mostró escéptico y con "convencimiento" de que el incendio se inició antes.
Las dudas que existen en torno al suceso llevaron a la oposición conservadora a defender la creación de una comisión técnica independiente para esclarecer lo ocurrido, idea apoyada por el primer ministro, el socialista António Costa.
"Es muy importante que haya un cabal esclarecimiento sobre lo que ocurrió, sus causas y sus consecuencias", subrayó el jefe del Gobierno al término de una reunión del Consejo de Ministros en la capital.
El propio Costa ya pidió explicaciones el martes a los máximos responsables del Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera (IPMA), de la Guardia Nacional Republicana (GNR) y de Protección Civil sobre lo ocurrido el sábado.
El primer ministro ya ha recibido las respuestas del IPMA sobre las condiciones climatológicas y de la GNR sobre el corte de la carretera 236, en la que murieron 47 personas atrapadas por las llamas, 30 de ellas dentro de sus vehículos.
A falta de la respuesta de la Protección Civil, Costa señaló que, en base a la información de la que dispone hasta el momento, no tiene constancia de que se cometieran fallos.
Además, el Ministerio de Administración Interna ha solicitado un estudio sobre las "condiciones específicas de este incendio".
Con el fin de evitar futuras tragedias, el Gobierno presentará en breve al Parlamento un paquete de medidas para proteger el medio forestal, aunque avisó de que no tendrán impacto inmediato.
"Este es el momento de hacer la reforma de la floresta que estamos aplazando desde hace tiempo", dijo el primer ministro, quien recordó que su Gobierno ya puso en marcha el verano pasado varias medidas legislativas para reforzar la lucha contra los incendios.
Algunas de estas leyes, con medidas que afectan a la limpieza de los bosques, la gestión de los terrenos abandonados y el refuerzo de los bomberos forestales, entre otras, todavía no están en vigor.
Además de esclarecer las causas, también se han empezado a evaluar los daños que ha causado el fuego, que ha arrasado decenas de miles de hectáreas en cinco días.
Aunque todavía no hay cifra oficial de la superficie afectada, sí se conoce la extensión del perímetro del incendio de Pedrógão Grande, que se despliega a lo largo de 153 kilómetros.
Las poblaciones evacuadas van volviendo poco a poco a sus casas y empiezan a pensar en la reconstrucción.
Las aseguradoras portuguesas han decidido crear un fondo especial de 2,5 millones de euros para apoyar a las familias de las víctimas mortales del incendio, según anunció la Asociación Portuguesa de Aseguradores.
Además, asumirán todos los costes de las casas que ardieron en Pedrógão Grande y que estaban aseguradas, sin calcular proporciones en caso de que el contrato no cubra todo el daño.