Ciudad del Vaticano, 20 jun (EFE).- El primer revisor general de las cuentas de la Santa Sede, Libero Milone, cargo instituido por el papa Francisco en 2014, ha presentado su dimisión al pontífice, informó hoy el Vaticano en un comunicado.
La Santa Sede no ha precisado las razones de la dimisión, que se produjo ayer lunes y que, tras ser aceptada por el papa Francisco, pone fin "de común acuerdo" a su labor.
La búsqueda del sustituto de Milone comenzará "cuanto antes", añadió la fuente.
Milone, dirigente con una amplia experiencia internacional en empresas como Wind Telecom o Fiat, ha sido el primer revisor general del Vaticano, un cargo instituido por Francisco el 24 de febrero de 2014 para auditar los dicasterios (ministerios) de la Curia Romana y las instituciones vinculadas a la Santa Sede.
El revisor general, que informa directamente al pontífice, propone cada año un programa de revisión al Consejo para la Economía con el objetivo de identificar, gestionar y organizar las áreas de las finanzas vaticanas expuestas a riesgos o irregularidades, entre otras tareas.
El 31 de octubre de 2015 trascendió en la prensa que alguien había accedido al ordenador de Milone, en el que conservaba archivos reservados de índole financiera del Vaticano.
Dos días después las autoridades vaticanas arrestaron al sacerdote español Luis Ángel Vallejo Balda y a la relaciones públicas Francesca Chaouqui acusados de sustracción y divulgación de noticias y documentos reservados, dando inicio el juicio conocido como "Vatileaks 2".
Papa critica a los padres que "compiten" con sus hijos en parecer jóvenes
El papa Francisco criticó el lunes la "especie de competición entre padres e hijos" por actuar como jóvenes, "una de las amenazas inconscientes más peligrosas" pues, advirtió, los adolescentes tienden a aislarse por falta de referentes adultos.
"Hoy hay una especie de competición entre padres e hijos (…). Nuestros muchachos hallan mucha competición y pocas personas con las que compararse", dijo el pontífice en la apertura de un convenio de la diócesis de Roma sobre la educación familiar de los adolescentes.
Señaló que "el mundo adulto ha aceptado como paradigma y modelo de éxito la 'eterna juventud'" y cree que "crecer, envejecer, madurar sea algo malo, sinónimo de vida frustrada o acabada".